"En edades tempranas, 9-10 años, no buscan porno, sino que el porno les encuentra"
1.225 alumnos de 15 centros participan en Vitoria en la segunda edición de 'Hablar Porno Hablar' que invita a adolescentes, familias y ciudadanía a reflexionar y hablar sin tabúes de pornografía, sexualidad y límites

Vitoria-Gasteiz
La edad de acceso a contenidos pornográficos entre la infancia y la adolescencia es cada vez más temprana. “Cada vez lo detectamos antes: no es que los txikis busquen porno… es que el porno les encuentra”, ha indicado Aitziber Mendiluze, sexóloga y psicóloga del centro sexológico Emaize. Para abordar esta realidad y abrir espacios de conversación seguros, ha vuelto por segundo año consecutivo “Hablar porno hablar”, la campaña de sensibilización impulsada por Fundación Vital y Diputación Foral de Álava, con la producción de Traspasos Kultur. Proyecto dirigido a escolares entre 14 y 17 años, con un formato teatral inmersivo, en el que los actores tratan de implicar de alguna manera a los adolescentes, y un posterior diálogo, de 45 minutos, en el que los y las alumnas tengan ese espacio para el debate y la reflexión entorno a la pornografía.
Las sesiones arrancaran a principios de semana y continuarán hasta el 21 de noviembre. Allí, los y las jóvenes no solo observan una obra interpretada por actores y actrices profesionales: también se enfrentan a situaciones que reproducen dinámicas reales del consumo de porno en internet. “Queríamos cambiar el esquema clásico de la charla en un centro educativo”, ha indicado Arantxa Ibáñez de Opacua, directora de Fundación Vital. “Aquí no vienes a escuchar pasivamente, sino que vienes a sentir, a pensar y a reflexionar desde la experiencia”.
Uno de los hallazgos que más preocupa a las profesionales es la edad del primer contacto con la pornografía. “Depende del acceso a dispositivos con acceso a internet, pero cada vez es antes”, ha advertido Mendiluze. “En sexto de primaria, con 10 u 11 años, ya aparecen, en las charlas que impartimos en los colegios, conceptos propios del porno que no tienen que ver con la sexualidad cotidiana. Y en quinto, con 9-10 años, también recibimos preguntas relacionadas con estos contenidos”.
Para Mendiluze, esto no significa que los niños y niñas lo busquen deliberadamente: “Muchas veces solo están intentando resolver dudas sobre sexualidad… y aparece porno. No es que busquen porno, sino es que el porno les encuentra. Por eso es tan importante tener una buena base de educación sexual”.
Un formato inmersivo que interpela
El teatro muestra escenas incómodas, tensas, a veces perturbadoras, y todo eso forma parte de la metodología. “La posibilidad de verlo en primera persona provoca otra cosa. La teoría a veces no llega, pero sentir incomodidad o sorpresa genera pensamiento crítico”, ha destacado Ibáñez de Opacua. En la obra, el alumnado observa cómo se cuestiona la intimidad de una actriz porno, o cómo se normalizan comportamientos machistas. En ocasiones, las reacciones del público van de la risa nerviosa al enfado.
“Hay chicos que se ríen en momentos que no son divertidos. De hecho, en una de estas situaciones, las chicas que estaban a mi lado comentaron: ‘¿Has visto qué vergüenza?’, no son cosas que deberían hacernos gracia. En cualquier caso la risa es una forma de gestionar los nervios. Lo importante es hablar después de por qué ocurren estas situaciones que se ven en el teatro”.
Tras la representación, se abre un debate, dinamizado por Emaize, en el que se analizan las categorías del porno, estrategias de manipulación, la diferencia entre ficción y realidad o los límites y deseos en las relaciones. “Tienen claro que el porno es ficción porque se lo han dicho en casa o en clase, pero cuando les pides que identifiquen qué cosas del porno no ocurren en la vida real, muchas veces tienen dudan”, ha indicado Mendiluze.
Espacios abiertos a familias y ciudadanía
Este año, además de las sesiones escolares, con 15 centros y 1.225 alumnos, se celebrarán jornadas abiertas al público. “Queremos que la ciudadanía vea lo que se está haciendo y que pueda reflexionar también desde su mirada adulta”, ha destacado Ibáñez de Opacua.
La directora de Fundación Vital también ha insistido en que el objetivo no es debatir “porno sí o porno no”, sino ayudar a mirar con espíritu crítico. “No cuestionamos si debe existir o no. Lo que queremos es que identifiquen cuándo algo no es normal, cuándo no les gusta o cuándo tienen derecho a decir que no”.
La importancia de hablar
“Al final, muchas y muchos jóvenes no tienen con quién hablar de esto”, ha remarcado Mendiluze. “Si la única respuesta a sus dudas es el porno, tenemos un problema. Hablar porno hablar es precisamente eso: abrir puertas, crear referencias seguras, enseñar a pensar y a cuidarse”.
La campaña continúa, y ya se piensa en ampliarla el próximo año. Porque "cuanto antes se pueda hablar de sexualidad de manera abierta, segura y crítica, menos espacio tendrá la desinformación y el imaginario distorsionado que la industria del porno coloca delante de los y las adolescentes".

Jon Dos Santos
Redactor y editor de contenidos en el magazine Hoy por hoy Vitoria




