"¡Incluso en la propia sidrería nos recibieron como a héroes!": esto es lo que pasa cuando ganas tu primera Behobia-San Sebastián

Bilbao

La 60ª edición de la Behobia-San Sebastián nos dejó el pasado fin de semana las victorias de Raúl Celada (1:01:28) y Katherine Tisalema (1:09:39), ambos del equipo Bikila. El astorgano y la ecuatoriana son los dos debutantes en la carrera que lograron el triunfo en una multitudinaria cita, que congregó a más de 27.000 corredores, la gran mayoría populares. Ambos protagonizaron la imagen de la victoria y también la celebración posterior, para la que todo el equipo se reunió en una sidrería de Gipuzkoa.

La carrera masculina

En la prueba masculina, Raúl Celada aventajó en 15 segundos al segundo clasificado, Diego Mentrida, y en 18 al tercero, Iraitz Arrospide. "No me volví loco en la última subida. Sabía que podía ir fuerte, pero al inicio me sacaban todavía unos cuantos segundos. Me lo tomé como una cronoescalada, pero no lo di todo subiendo. Tiré después en la bajada con todo y el último kilómetro ya me desconcentré, pensé en disfrutar e incluso se me echaron un poco encima", comenta el de Astorga.

Sobre su propia entrada en meta, en el Boulevard donostiarra, Raúl confiesa que "he visto ya el vídeo unas cuantas veces y me sigo poniendo nervioso. En los últimos tres kilómetros, cada vez veía y escuchaba más gente, el jolgorio. Pasaban los metros y la felicidad crecía, ni siquiera parecía que llevaba corriendo 20 kilómetros".

La carrera femenina

En cuanto a la carrera femenina, Kathy también se identifica con estas sensaciones de Raúl: "Ver a la gente, cómo me animaba, me hacía sentirme más contenta que cansada. Estaba realmente feliz. La última recta incluso se me hizo larga, pero acompañada por tanta gente se hizo muy bonita".

Para entonces, Kathy había ido buena parte de la carrera en un segundo grupo. "En el kilómetro 10 cogí avituallamiento y vi que el resto de chicas no lo hacía. Incluso me asusté porque pensaba que estaban mejor que yo. Luego incluso me esprintaron y consiguieron despegarse, pero yo me mantuve tranquila. Sabía que quedaban todavía kilómetros suficientes para reengancharme".

Así lo hizo, hasta dejar atrás a su última rival, Mandoi, en Miracruz, y marchar sola en dirección a la meta para convertirse por primera vez en ganadora de esta Behobia-San Sebastián. Esta carrera llegaba a la atleta ecuatoriana después de una experiencia opuesta en el cros de Lasarte, donde perdió un zapato en medio de la prueba y completó las dos últimas vueltas con un pie descalzo. "A partir de ahí no pude correr bien, pero decidí seguir hasta el final. Yo tenía claro que tenía que llegar, aunque fuera sin zapato", recuerda.

Una celebración inolvidable

Convienen ambos que harán lo posible por repetir en la Behobia-San Sebastián de 2027. "Estoy alucinando con la repercusión de la carrera", confiesa Raúl. Asiente Kathy, que sigue en una nube, alucinando con la respuesta del público de Gipuzkoa, que incluso en zonas despobladas abarrotaba los arcenes de la carrera, haciéndole recordar a la ganadora a las imágenes de carreras ciclistas cuando la fuga del pelotón se encamina hacia lo más alto de una montaña de los Alpes o los Pirineos.

"Incluso en la propia sidrería nos recibieron como a héroes", insiste Raúl. "Muchas cosas de las que vivimos no las esperaba. Después de la carrera yo estaba sin saber qué hacer, realmente nerviosa de ver cómo le gusta aquí este deporte a la gente", afirma, agradecida, Tisalema.