Sustraia reivindica la memoria marítima de Hondarribia y reclama apoyo para su patrimonio pesquero
La asociación defiende la recuperación de la antigua lonja, la protección del barco Mariñel y la creación de espacios vivos donde la juventud pueda aprender oficios tradicionales ligados al mar

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Hondarribia mira al futuro sin olvidar sus raíces. La asociación Sustraia dedicada a la recuperación y divulgación de la memoria pesquera y del patrimonio marítimo local, ha reivindicado en Hoy por Hoy Irun la importancia de proteger un legado que marcó durante años la vida de generaciones enteras en la ciudad
Sustraia nació del impulso de Gerardo Lecuona, que percibió que la modernización del paseo Butrón y del paseo Bidasoa amenazaba con hacer desaparecer espacios clave para la cultura marinera local. “Me di cuenta de que toda esa historia iba a desaparecer. Yo solo no podía, así que fui casa por casa. Todo el pueblo estuvo de acuerdo”, ha recordado.
Desde entonces, la asociación ha conseguido hitos tan visibles como la conservación y exposición del Mariñel, el último barco de madera construido para la flota local y hoy pieza fundamental de Hondarribia. También ha recopilado centenares de testimonios orales de arrantzales y mujeres vinculadas al mar, un archivo emocional único en Gipuzkoa.
La 'Benta Zaharra', un símbolo que la asociación quiere recuperar
Uno de los grandes proyectos pendientes es la recuperación de la antigua lonja, conocida como Benta Zaharra, demolida en los años 70 sin debate público. Para Sustraia, devolverle la vida sería un acto de justicia histórica.
Gerardo la ha recordado como “un lugar clave donde se trituraba hielo, se cargaban los barcos y comenzó la exportación del pescado que dio riqueza a Hondarribia”. La asociación propone reconstruirla como centro de interpretación vivo, con espacios para talleres, demostraciones y actividades participativas: “Si se quiere atraer a la juventud, no puede ser un museo quieto. Tiene que haber cuerdas, cabos, herramientas… algo que toque y motive”.
La idea cuenta con el apoyo del concejal de Cultura, Ortzi Alonso, quien ha defendido que “no basta con conservar: hay que transmitir la identidad marítima a las nuevas generaciones”. El edil ha comentado que el patrimonio material —barcos, gabarras, motores— y el inmaterial —oficios, técnicas, relatos— deben mantenerse “vivos y útiles”, y no quedarse en un simple folclore.
El reto: involucrar a las nuevas generaciones
Sustraia coincide en que uno de los desafíos más urgentes es integrar a la juventud en la presentación del legado pesquero. La experiencia de iniciativas de otros puertos, como la asociación Beduola en Zumaia, muestra que es posible atraer a jóvenes mediante talleres prácticos de carpintería de ribera, calafateado o navegación tradicional.
En esta línea, Inaxio Igo, arrantzale y responsable de un exhaustivo trabajo documental sobre más de tres décadas de flota pesquera local, ha destacado que en Hondarribia “hay más jóvenes en el mar de lo que la gente cree”. Recientemente, dos arrantzales de 21 y 22 años relataban cómo fueron sus aitonas quienes les transmitieron la pasión por la mar. “Lo llevas en la sangre”, ha afirmado Inaxio.
Un momento de “viento a favor” para la asociación
Sustraia reconoce que ha habido épocas difíciles, especialmente tras la muerte de Enrique Lecuona, ingeniero naval que aportó conocimientos esenciales en los proyectos de restauración y conservación. Hoy sienten que soplan mejores vientos.
“Estamos en un momento de viento a favor”, ha señalado Imanol Garmendia, uno de los portavoces del colectivo, agradeciendo el apoyo municipal.




