Las librerías reclaman a Bilbao que divida los contratos públicos de libros para evitar que solo compitan las grandes
Actualmente es una de las mayores editoriales de Euskadi la que acapara el contrato municipal

Las librerías de Bizkaia negocian en el Ministerio de Cultura cómo mejorar la contratación pública para el suministro a las bibliotecas
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Bilbao
La colaboración entre librerías y bibliotecas está contemplada en la Ley del Libro, pero la aplicación práctica de estas relaciones varía notablemente entre territorios e incluso entre municipios. Mientras algunas instituciones impulsan modelos que favorecen al comercio local y a las librerías de pequeña escala, otras optan por contratos concentrados que solo pueden asumir grandes empresas del sector.
En el caso de la capital vizcaína, su ayuntamiento, ofrece un contrato que establece dos lotes para abastecer a todas las bibliotecas municipales, por un importe de 465.000 euros para dos años. "De esta forma, solo un máximo de dos librerías pueden ser las que suministren los libros a todas las bibliotecas", explica Javier Cámara, presidente de los libreros en Bizkaia. "Es una tarta muy grande que solo los grandes se la comen", añade Cámara que además apunta a que el 90% de las librerías en nuestro territorio cuentan con menos de tres empleados y, por tanto, no pueden asumir volúmenes tan altos como el que por ejemplo ofrece el Ayuntamiento de Bilbao.
“No puedes pedir a la ciudadanía que compre en el barrio mientras haces dos pedidos gigantes que solo pueden ejecutar dos proveedores”, suma Fernando Tarancón, responsable de la librería Joker que revela que uno de esos supuestos pequeños lotes le vendrían bien: "Sin embargo, para mí no es excesivamente significativo. Tengo una librería que ya lleva una trayectoria. Pero para algunas de las 40-50 librerías más pequeñas puede significar el mantener abierto. Claro, la vida".
Buenas prácticas: Barakaldo
No obstante, el presidente de los libreros en Bizkaia ha puesto como ejemplo de buenas prácticas al Ayuntamiento de Barakaldo. De hecho, desde la librería El Gnomo de Amelie han contado cómo se acercaron a la biblioteca central para presentarse y recibieron facilidades para integrarse en el sistema de suministro. "Nos lo pusieron muy fácil. Simplemente, nos dijeron si estábamos dispuestas a llevar las cajas de libros a la biblioteca, si estábamos dispuestas a adelantar un poco ese dinero que nos asignarían", cuenta Nerea Marsal, una de sus responsables.


Y es que el municipio divide las compras en lotes pequeños, en torno a 5.000 euros por biblioteca, lo que permite que las librerías de barrio puedan asumirlos sin comprometer su viabilidad económica.
En los próximos meses, en el caso de Bilbao, se renovará el contrato y los libreros esperan que la institución decida fragmentarlo en tantas unidades como sea posible, de modo que cada librería del territorio pueda optar a una parte equitativa.
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