Detenidas dos exreligiosas de Belorado y un anticuario por vender obras del convento de las monjas cismáticas
La Guardia Civil recupera obras históricas del monasterio burgalés localizadas en el mercado de antigüedades y en el convento de Santa Clara de Orduña, donde fueron llevadas sin autorización. Las monjas han quedado en libertad provisional
El Juzgado de Instancia de Briviesca (Burgos) ha dejado en libertad provisional a la exabadesa Laura García de Viedma y a otra exmonja del monasterio de Belorado que este pasado jueves fueron detenidas por la Guardia Civil por vender a través de internet obras de gran valor artístico del convento. Las dos exmonjas están siendo investigadas por el delito de apropiación indebida de bienes de interés cultural, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL).
La Guardia Civil, tras completar su atestado, también ha puesto en libertad al anticuario leonés que está siendo investigado por el delito receptación.
El abogado de las exmonjas, Enrique García de Viedma, ha explicado a la salida del juzgado que han quedado en libertad sin medidas cautelares, y ha insistido en que ellas "no han hecho absolutamente nada punible".
Antigüedades a la venta
La Guardia Civil detuvo a las exreligiosas y al anticuario en el marco de la operación MIRUM-CID, al considerarlos presuntos autores de delitos de apropiación indebida agravada —al afectar a bienes catalogados como patrimonio histórico— y de receptación.
La investigación se abrió después de que agentes especializados detectaran en el mercado de antigüedades piezas que podían pertenecer al monasterio de Santa María de Bretonera, ubicado en Belorado (Burgos).
Este cenobio es el mismo donde se originó en 2023 el conocido cisma de las monjas de Belorado, cuando un grupo de religiosas anunció su ruptura con la Iglesia católica y su adhesión a una estructura no reconocida, lo que derivó en un conflicto jurídico, patrimonial y canónico que todavía permanece abierto.
Recuperación de una obra del siglo XVII
Durante la investigación, la Guardia Civil constató la venta online de piezas históricas pertenecientes al monasterio. Además, en una tienda de antigüedades de Madrid se localizó una figura de San Antonio de Padua del siglo XVII, también procedente del patrimonio del cenobio burgalés. La obra fue recuperada e intervenida.
Estas detecciones encendieron las alarmas sobre un posible recorrido ilícito de bienes patrimoniales vinculados al monasterio que quedó dividido tras el cisma.
Registros en Belorado y en Orduña
Los agentes realizaron registros en:
- Monasterio de Santa María de Bretonera (Belorado, Burgos)
- Monasterio de Santa Clara (Orduña, Bizkaia)
En este último, ubicado en territorio vasco, se encontró un número significativo de obras de arte procedentes del monasterio burgalés, trasladadas sin autorización.
Todas las piezas intervenidas han sido puestas a disposición judicial y se encuentran pendientes de inventario.
Según la investigación, las dos exreligiosas detenidas serían las presuntas responsables de la venta, extracción y traslado de los bienes, mientras que el anticuario de León habría adquirido obras sin acreditar la procedencia legal, lo que motivó su detención por un delito continuado de receptación.
Búsqueda de más obras
La operación ha sido desarrollada por la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Comandancia de Burgos. Las diligencias se han remitido al Juzgado de Instrucción de Briviesca, que dirige las actuaciones.
La Guardia Civil mantiene abierta la investigación para tratar de localizar otras piezas patrimoniales cuya ubicación aún no se ha podido confirmar.
El cisma y la disputa por los bienes
El monasterio de Belorado ha sido objeto de especial vigilancia desde que, en 2023, un grupo de monjas proclamara su salida de la Iglesia católica, generando un cisma sin precedentes en el Estado. El conflicto derivó en una intervención eclesial y en un proceso judicial para proteger el patrimonio del monasterio, que incluye bienes catalogados, obras religiosas de valor histórico y objetos de culto.
La aparición de piezas en el mercado de antigüedades y su traslado sin autorización a Orduña encajan en ese contexto, que ha obligado a reforzar las medidas de control y protección del patrimonio de la comunidad burgalesa.
