Sociedad

"Los alemanes pidieron perdón; España no”: Crucita, superviviente de Gernika, vive con 95 años el homenaje histórico con Steinmeier y Felipe VI

La superviviente de 95 años será una de las protagonistas del homenaje histórico que reúne por primera vez en Gernika al presidente de Alemania y al rey Felipe VI, 88 años después del bombardeo

“A los alemanes les estoy agradecida; al Gobierno de España no”: Crucita, superviviente de 95 años del bombardeo, protagonista en el homenaje histórico de Gernika

Gernika vive este viernes una jornada histórica. Por primera vez, un presidente de la República Federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, acudirá a la localidad para rendir homenaje a las víctimas del bombardeo del 26 de abril de 1937. Junto a él estará el rey Felipe VI, en la que será también la primera visita de un monarca español desde 1981, cuando Juan Carlos I acudió a la Casa de Juntas.

Entre las personas que hoy ocuparán un lugar central en los actos se encuentra Crucita Etxabe, de 95 años, una de las supervivientes del ataque aéreo que arrasó la villa. Esta mañana, recién salida de la peluquería y ya en su casa, ha atendido a Radio Bilbao en una entrevista cargada de memoria, emociones y reivindicación.

Una presencia simbólica en un acto sin precedentes

Crucita estará presente en el cementerio de Zallo, donde se celebrará el acto principal a las 12:00, y ocupará el espacio reservado a los supervivientes. Allí coincidirá con Steinmeier, el rey Felipe VI y el lehendakari, Imanol Pradales, antes de la visita institucional al Museo de la Paz de Gernika.

Preguntada por si afronta el día con nervios, responde con serenidad:“¿Nerviosa? Nada. ¿Qué me va a decir a mí a mis 95 años?”.

Para ella, el gesto que llega desde Alemania tiene un significado profundo, pero no oculta que sigue esperando otro gesto: el del Gobierno de España.

“Los alemanes pidieron perdón; el Gobierno de España no. A ellos les estoy agradecida, pero al de España no le puedo agradecer nada”, afirma con una claridad que resume décadas de heridas no cerradas.

“Aquel día vimos Gernika en llamas: fuego, olor a carne quemada y toda la gente en la calle”

En la entrevista, Crucita reconstruye con nitidez aquel 26 de abril en el que la Legión Cóndor y la Aviación Italiana arrasaron la villa durante más de tres horas.

Ella tenía entonces siete años. Sus padres, con seis hijos a su cargo, lo perdieron todo. “Nos quedamos con la llave en el bolsillo, pero sin casa”, recuerda.

Relata cómo, al bajar desde la zona de Cuatro Bancos hacia el centro del pueblo, encontró un paisaje devastado: “Fue desolador. Todo humo, fuego hacia arriba. Pasamos junto al refugio de la calle Santa María. Aquello fue un desastre. Murieron muchos, hasta un niño de tres años. Y el olor… el olor a carne quemada. Eso no se olvida”.

La superviviente insiste en la importancia de mantener viva la memoria para evitar que la historia se repita: “Hay que recordarlo para que no vuelva a pasar nunca más”.

Un perdón que sí llegó desde Alemania

Crucita recuerda que representantes alemanes ya habían visitado anteriormente Gernika, y valora los gestos de reparación: “Ellos fueron los que echaron las bombas, pero tuvieron sentimiento. Vinieron, pidieron perdón y ayudaron incluso a construir el polideportivo”.

A diferencia de eso, lamenta que desde España —ni durante el franquismo ni en democracia— nunca se haya pedido perdón por la destrucción total de la villa: “Somos vascos, pero también somos de España. Y nunca han tenido el detalle de pedir perdón por lo que hicieron aquí”.

¿Qué le diría hoy al rey Felipe VI?

Crucita asegura que no tiene nada preparado para el rey. “No sé si se dirigirá a mí”, admite. Pero si tuviera que decir algo, lo tiene claro: “Pues nada. No puedo agradecerle nada, porque el Gobierno nunca ha tenido el sentimiento que sí tuvieron los alemanes”.

Sin embargo, sí valora que el presidente alemán haya querido hablar con ellas, tal y como le trasladó el alcalde Jose María Gorroño.

Una jornada que se inscribe en la reparación histórica

El día ha comenzado con la recepción en Ajuria Enea entre el lehendakari y el presidente alemán. Después, la comitiva se desplazará a Gernika para el homenaje en Zallo y la visita al Museo de la Paz. Ya por la tarde, Steinmeier y Pradales visitarán el Museo Guggenheim.

Pero, por encima de los protocolos, el foco emocional de este día recae en mujeres como Crucita. Supervivientes que hoy vuelven al lugar que ardió bajo las bombas. Y que, 88 años después, siguen reclamando que la memoria se cuide y se repare.