“Sigo confiando en que se sepa la verdad”: el juicio por la muerte de Iurgi queda visto para sentencia tras una sesión “durísima” en Gernika
La familia del menor atropellado en Aulesti en 2020 denuncia cinco años y medio de retrasos y espera que la sentencia confirme la responsabilidad civil de la aseguradora
“Sigo confiando en que se sepa la verdad”: el juicio por la muerte de Iurgi queda visto para sentencia tras una sesión “durísima” en Gernika
El Juzgado de Primera Instancia de Gernika dejó este jueves visto para sentencia el juicio civil por el atropello mortal de Iurgi, el niño de 11 años fallecido en Aulesti en abril de 2020, en plena pandemia. La vista, celebrada cinco años y medio después del accidente, estuvo marcada por la dureza emocional, los testimonios contradictorios y la tensión acumulada por la familia, que lleva años reclamando que el proceso avance.
La sentencia deberá determinar si la aseguradora del vehículo implicado debe asumir la indemnización de 219.000 euros solicitada por los padres, una cuantía estipulada según la Ley 35/2015 y reforzada por la Ley del Menor de 2020. El punto clave del litigio es esclarecer la mecánica del siniestro y verificar si el conductor estaba efectivamente en el lugar el día del atropello, coincidiendo con la primera jornada en que los niños pudieron salir tras semanas de confinamiento.
Un proceso marcado por aplazamientos y obstáculos
El juicio se ha visto retrasado en numerosas ocasiones. El último aplazamiento se produjo en octubre, cuando un agente no pudo declarar telemáticamente. Este jueves, finalmente, comparecieron peritos y testigos procedentes de distintos puntos del Estado, en una sesión de más de cuatro horas en la que se expusieron versiones opuestas y periciales contradictorias.
Los padres de Iurgi, Agurtzane Uriarte e Iosu Beraza, no han sido llamados a declarar en ninguna fase del procedimiento, algo que califican de incomprensible. Como meros asistentes, vivieron la sesión desde la impotencia: no pudieron intervenir ante afirmaciones que consideran inexactas.
“Fue durísimo volver a escuchar cómo ocurrió el accidente”
Beraza explicó, tras la vista, que la jornada fue especialmente dolorosa. Escuchar de nuevo cómo se produjo el atropello, reconstruido por los distintos intervinientes, les removió profundamente. Relata que algunos testigos declararon extremos que consideran falsos, sin que ellos pudieran aclarar o puntualizar nada desde su posición en el público.
La familia asegura disponer de dos grabaciones en las que el acusado habría relatado lo sucedido de manera muy diferente a la expuesta en sede judicial y a su declaración ante la Ertzaintza, algo que consideran clave en el esclarecimiento de los hechos.
Última etapa de un camino “inhumano” para la familia
A pesar de la tensión vivida, Beraza afirma que mantiene la esperanza en una resolución justa: “Sigo confiando en que se sepa la verdad”, subrayó tras salir del juzgado, convencido de que la responsabilidad civil debe recaer sobre la compañía aseguradora. Defiende que su abogado y su perito aportaron argumentos sólidos frente a las tesis de la parte contraria.
Para los padres, estos cinco años y medio han sido un periodo de desgaste extremo. “Es un infierno”, explican, reiterando que solo cuando se conozca la sentencia podrán iniciar un duelo que sienten completamente bloqueado desde el día del accidente.
A la espera de una resolución tras cinco años y medio
El juez deberá ahora valorar la información contradictoria aportada por peritos y testigos, así como el contexto en el que se produjo el atropello, ocurrido en un camino rural que conduce a la ermita de San Lorenzo en Aulesti, el primer día en que los menores pudieron salir a la calle durante el confinamiento de 2020.
La resolución se considera decisiva para una familia que asegura haber sufrido una “revictimización constante” y que lleva años reclamando que se esclarezcan los hechos y que se depuren responsabilidades en el ámbito civil.