Euskadi tendrá una ley de Justicia Restaurativa centrada en el "conflicto emocional" y su reparación
La nueva normativa, que el Gobierno vasco busca aprobar el próximo año, asegurará que todas las víctimas tengan acceso a un proceso que complementa la pena judicial
Euskadi tendrá una Ley de justicia restaurativa centrada en el "conflicto emocional" y su reparación
Vitoria
El Gobierno vasco ha puesto en marcha el proceso legislativo para la aprobación de una nueva ley de Justicia Restaurativa. Aunque Euskadi ya cuenta con una trayectoria en este ámbito, ejemplificada por los encuentros entre víctimas y presos de ETA, el propósito principal de esta ley es visibilizar y asegurar el acceso a la reparación del daño causado de todas las víctimas. El Ejecutivo vasco prevé dar luz verde al proyecto de ley y llevarlo al Parlamento antes de que finalice este 2025, con el objetivo de que el texto se pueda aprobar el año que viene.
Esta reparación, que complementa la pena judicial impuesta, es abierta a todas las víctimas y victimarios de todos los supuestos salvo las agresiones sexuales y los casos de violencia contra la mujer.
Inés Soria, asesora del departamento de Justicia, aclara en SER Euskadi que la opción de acceder a la justicia restaurativa no está determinada por la naturaleza del delito, sino que "depende de la víctima".
La justicia restaurativa se enfocará en el "conflicto emocional" y su reparación, abarcando un amplio espectro de casuísticas. Soria menciona que se puede aplicar en muy diferentes situaciones, incluidos delitos menores por peleas de padres en partidos de fútbol de sus hijos, relacionados con disputadas vecinales o situaciones "donde la pena a lo mejor no es muy elevada, pero el impacto que genera sí que lo puede ser". Concluye que la ley se abre a "todos los delitos que pueden ocurrir y por supuesto también los delitos más graves".
La necesidad de la víctima
La asesora destaca que esta ley ofrece un espacio crucial para que la víctima determine su proceso de reparación, algo que el sistema penal tradicional no permite completamente. “En el sistema judicial la víctima tiene poco que decir en cuanto a cómo quiere ser reparada; ella interviene como un testigo. Entonces se trata de ofrecer este espacio para determinar cuál es mi necesidad y puede ser el perdón o puede ser otra fórmula distinta”, asegura. Esta determinación se realizará con la ayuda de una persona facilitadora y profesional.
La ley contempla que el proceso restaurativo es flexible: no necesariamente exige que culmine en un encuentro o mediación, ni requiere el perdón. Soria explica que una víctima puede acudir a los servicios "porque no hay un autor conocido o el autor, por ejemplo, ha fallecido". En estos casos, el proceso sigue siendo restaurativo: “no necesariamente la justicia legislativa es la mediación o el encuentro con la persona concreta que ha causado el hecho, puede ser también restaurativo trabajar con la víctima o trabajar con nuestros victimarios”.