El Guggenheim Urdaibai ya tiene sentencia: el patronato entierra definitivamente el proyecto más polémico de Bizkaia
La expansión del museo hacia la Reserva de la Biosfera llega a su fin tras años de críticas ambientales, dudas institucionales y un apoyo social cada vez más menguante
Hoy por Hoy Bizkaia (16/12/2025)
El patronato de la Fundación del Museo Guggenheim Bilbao se ha reunido esta tarde para decidir el futuro del proyecto Guggenheim Urdaibai, la propuesta de ampliación del museo hacia la Reserva de la Biosfera que ha marcado el debate cultural y ambiental de Bizkaia durante la última década. La reunión se ha celebrado a final de año, en el habitual encuentro en el que el patronato aprueba presupuestos y líneas estratégicas, pero en esta ocasión todas las miradas han estado puestas en un único punto: la decisión definitiva sobre uno de los proyectos más cuestionados del territorio.
En las últimas semanas, el clima político y social ya apuntaba a un desenlace: el archivo o paralización indefinida de la iniciativa. Sin embargo, la decisión final se ha confirmado esta tarde, en una sesión larga y definitiva.
Un proyecto nacido con ambición cultural y afán de revitalización territorial
El proyecto para crear un Guggenheim en Urdaibai, con sedes en Gernika y Murueta, nació con la vocación de extender el impacto cultural del museo bilbaíno y, al mismo tiempo, activar económicamente la comarca de Busturialdea, afectada por la pérdida de industria y población.
La propuesta contemplaba rehabilitar la antigua fábrica Dalia en Gernika y levantar un nuevo equipamiento cultural en el entorno del astillero de Murueta, todo ello conectado por una senda paisajística en plena Reserva de la Biosfera.
Inicialmente, las instituciones impulsoras —principalmente la Diputación de Bizkaia, junto al Gobierno Vasco y el propio museo— defendieron el proyecto como un motor de modernización y cohesión territorial. Incluso llegó a contar con financiación reservada en presupuestos y apoyo formal en diferentes fases.
El giro del proyecto: de la ilusión al rechazo creciente
La expansión comenzó a torcerse a medida que crecían las críticas ambientales. Colectivos ecologistas, asociaciones científicas, académicos y vecinos del entorno advirtieron desde el principio de que levantar un equipamiento de gran escala en un espacio natural protegido ponía en riesgo la integridad del ecosistema, especialmente en un estuario extremadamente sensible.
Las dudas se extendieron también a la viabilidad urbanística y a la capacidad real de asegurar que la afluencia de visitantes, las infraestructuras de acceso y las obras asociadas no generasen daños irreversibles. El mensaje se repetía en diferentes foros: Urdaibai no es un solar disponible, es un espacio protegido que tiene límites claros.
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Con el paso de los años, las críticas no solo no cesaron, sino que ganaron fuerza social. Plataformas ciudadanas y diversos colectivos lograron situar el debate en la agenda pública y en el discurso de las instituciones.
El repliegue institucional: consulta ciudadana y señales de agotamiento
La Diputación de Bizkaia, principal impulsora del proyecto, comenzó a modular su posición a medida que la oposición crecía. El gran punto de inflexión llegó cuando anunció una consulta ciudadana para evaluar el grado de apoyo real al proyecto y decidir en base a ella si debía continuar.
Ese movimiento fue interpretado por muchos como una señal de que el proyecto ya no contaba con el respaldo político que tuvo en su origen.
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En paralelo, representantes del Gobierno Vasco y la propia Diputación comenzaron a introducir expresiones como “consenso”, “proyecto complejo” o “decisión colectiva”, marcando distancia respecto al entusiasmo inicial y anticipando un posible cambio de rumbo.
El propio museo, sin declaraciones explícitas, también ha ido transmitiendo prudencia ante una intervención que exige una alineación total de objetivos políticos, sociales, ambientales y económicos.
Un proyecto condenado por el contexto ambiental y la falta de acuerdo
A día de hoy, la suma de factores —rechazo social, dudas jurídicas, dificultades técnicas, complejidad ecológica y desgaste institucional— ha situado al proyecto del Guggenheim Urdaibai en su punto más débil desde que fue concebido.
Aunque el diseño arquitectónico nunca llegó a hacerse público en detalle, el debate se convirtió en un símbolo más amplio: ¿cómo conciliar grandes proyectos culturales con la conservación estricta de entornos naturales protegidos?
La respuesta, en esta ocasión, se ha inclinado finalmente hacia la protección.
El patronato decide y cierra el debate: fin al proyecto Guggenheim Urdaibai
El encuentro del patronato del Guggenheim —donde están representadas las instituciones vascas, la dirección del museo y la fundación estadounidense— ha sido el que ha determinado que el proyecto no continúe y quede definitivamente archivado.
La expectación ha sido máxima y, dentro del sector cultural y político, se asumía que la decisión marcaría un antes y un después en la historia del museo desde su apertura en 1997.
Tal y como apuntaban las últimas señales institucionales, el Guggenheim Urdaibai queda aparcado definitivamente, poniendo fin a uno de los debates más intensos que ha vivido Bizkaia en materia cultural y ambiental.
La resolución se ha hecho pública esta misma noche.