Panettones solidarios para ayudar a jóvenes con necesidades especiales

San Sebastián

En Navidad, una de las grandes tradiciones entre las familias es la del roscón de Reyes, un postre muy reconocido en nuestra gastronomía. Sin embargo, desde el restaurante Zelai Txiki han querido darle un cambio a esta tradición.

Desde hace siete años, el restaurante Zelai Txiki reparte las ganancias obtenidas por la venta de sus roscones de Reyes entre la gente más desfavorecida, pero este año han optado por sustituirlos por panettones. La razón de esta decisión es que "siempre ha sido algo que empezó por el equipo y, al final y al cabo, si vamos a estar cerrando en Navidad, aunque yo esté aquí, ponerme a hacer roscones de Reyes no tenía sentido; era una cosa de equipo", decía Juan Carlos Caro, chef del local, a los micrófonos de Hoy por Hoy San Sebastián.

Caro explicaba que "no queríamos dejar la iniciativa", por lo que se pusieron a hacer pruebas y, al ver los resultados, optaron por elaborar este postre. Y es que, como decía el chef, "al final es poner un granito de arena. Una vez le oí una entrevista a Arguiñano en la que decía a sus amigos que, si podían ser solidarios, que lo fueran. Y yo creo que eso es importante".

En el caso de Zelai Txiki, el panettone está compuesto por "un poquito de naranja y chocolate con un 70 % de cacao, además de chocolate con leche y blanco, en una proporción mayor de negro, luego menos con leche y, por último, el blanco. La masa es de harina fuerte, porque tiene que sujetar toda la materia. Lleva mucho huevo y muy poca levadura, ya que lo hacemos con masa madre", dando un total de 100 piezas, de las cuales ya se ha vendido la mitad.

Mejorar la calidad de vida de los niños

Cada panettone se vende por 25 euros, que irán destinados a Pausoka, una asociación "de madres y padres de niños con necesidades especiales de todo tipo", explicaba Estíbaliz Iruretagoiena, trabajadora social y coordinadora de la entidad. Allí se encargan de ofrecer "terapias desde diferentes disciplinas, como logopedia, terapia ocupacional, fisioterapia y psicología", con el objetivo de "mejorar la calidad de vida de estas familias".

Iruretagoiena agradecía esta ayuda económica, ya que "a las familias que se acercan les supone una gran inversión económica; el sistema público no lo garantiza al cien por cien. Entonces, nosotros, como asociación, sí hacemos una labor, pero las familias tienen que pagar por esas terapias". Gracias a este tipo de colaboraciones, "intentamos amortiguar esa inversión que las familias tienen que hacer".

También reivindicaba que, en el sistema educativo, "los recursos con los que se cuenta son limitados y, para que los recorridos académicos se ajusten a las necesidades de estos niños y niñas, todavía hay mucho que hacer". En el sistema sanitario, por su parte, "se ofrece una buena atención, pero sí que es verdad que muchas veces el recorrido que tiene que hacer la familia entre un especialista y otro suele ser un circuito muy enredado".

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