La reconversión a través del running de Jon Insausti, alcalde de San Sebastián: "No me creía capaz de completar una maratón o un trail de montaña, así que llegar a la meta se convirtió en algo personalmente muy potente"

Bilbao

Apenas diez días después de convertirse en alcalde de Donostia, Jon Insausti corrió la Behobia-San Sebastián; no era la primera vez que la afrontaba -lleva participando desde 2014-, pero sí tuvo un componente, digamos, especial. Además de lograr un gran tiempo de una hora y 32 minutos, el nuevo primer edil de San Sebastián lo vivió como "una meta doble".

"Me pareció una experiencia divertida. Solo habían pasado unos días y había alguna que otra persona que, durante la prueba, me iba saludando. Incluso llegué a tener alguna que otra conversación y me sentí muy arropado desde el inicio hasta la meta", confiesa. Tiene claro que no será su última carrera en la alcaldía, pero siempre quedará como la primera: "Esta es de esas que se me quedará guardada en la memoria".

Un momento personal

Insausti se confiesa un apasionado del running, pero no solo por lo que le aporta en la vertiente deportivo: "Los momentos del running son para mí muy personales, muy para estar conmigo mismo, solo con Jon Insausti. En un mundo como el actual, en el que tenemos las agendas repletas, es importante guardarse un momento para estar con uno mismo. No es algo que hagamos habitualmente, y a mí me parece un ejercicio muy interesante".

Tampoco esconde que solo la cabezonería le permitió aficionarse a correr. Que "antes lo odiaba", pero que, consciente de que debía mejorar su estado de salud para dejar atrás el sobrepeso que tuvo durante años, se empeñó en ponerse las zapatillas. "En el colegio era el último al que elegían para los deportes y llegó un momento en el que decidí probar, primero dando solo un par de vueltas en el Paseo Nuevo de San Sebastián", explica.

De la San Silvestre al trail

De allí salto a una San Silvestre en 2010: "Aquello fue mi pistoletazo de salida. Cuando vi que era capaz de participar en una carrera popular y que, poco a poco, me iba gustando, me animé. Yo no creía que pudiera ser capaz de completar una maratón o un trail de montaña, nunca me había visualizado en esos retos, pero llegar a la meta se convirtió en algo personalmente muy potente", confiesa Insausti.

Fue así como aprendió a superarse, a retarse, a disfrutar de las zapatillas y el frío. Actualmente está, dice, en proceso de transición, camino de decidir si prefiere el trail running o las carreras de asfalto: "Cuando corres en montaña, a los de asfalto se les ve un poco como si fueran de segunda categoría. Hay cierto pique, y a veces hasta me da un poco de vergüenza decir que voy a correr la Behobia", sonríe.

La Zegama-Aizkorri

Son dos planos de un mismo deporte, pero en ocasiones incluso antagónicos, admite Insausti: "Cambia la forma de correr completamente, el propio ejercicio es distinto. En mi caso son complementarios, pero admito que me divierto más en la montaña". Disfruta especialmente con "los cambios constantes del terreno, de una zona pedregosa a una llanura, y del clima, pasando del granizo al sol radiante en pocos kilómetros".

Si tuviera que escoger una montaña, se quedaría con Aizkorri. Aunque nunca ha conseguido dorsal para correr la Zegama, el año pasado se sumó a la carrera paralela que cada vez más gente aprovecha el recorrido ya marcado para hacerla por su cuenta el día anterior. "No he vivido la carrera, pero al menos ya la he hecho", afirma el alcalde.