Agustín Larrea: “Incluso los montañistas más expertos no están libres del riesgo”
El geólogo ha detallado los factores naturales y humanos que provocan aludes y ha ofrecido claves para reducir riesgos en zonas de nieve

Escucha la entrevista a Agustín Larrea, Geólogo:
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En una entrevista en Hoy por Hoy Gipuzkoa tras la tragedia ocurrida en la montaña, el geólogo y experto en geotecnia Agustín Larrea ha explicado cómo se producen las avalanchas. Según Larrea, una avalancha es un desprendimiento rápido de una masa de nieve que cae por la pendiente cuando el manto nival pierde estabilidad.
Larrea ha destacado además que los factores que influyen en este fenómeno pueden ser tanto naturales como humanos. Entre los naturales se encuentran nevadas intensas, viento, subida de temperaturas y lluvia, mientras que el factor humano puede provocar avalanchas durante actividades como el esquí o las travesías en zonas de montaña.
No todas las avalanchas son iguales. Larrea ha identificado varios tipos, como los aludes de nieve reciente o nieve en polvo, que ocurren mientras nieva o inmediatamente después de una nevada, y los aludes de nieve húmeda, típicos en primavera y verano por el deshielo y la lluvia. Además, la orientación de las pendientes influye en la estabilidad: en invierno, las laderas orientadas al sur son más estables que las del norte, mientras que en primavera y verano ocurre lo contrario debido al derretimiento de la nieve.
El tipo de terreno también es determinante. Larrea ha comentado que las pendientes entre 30 y 45 grados presentan mayor riesgo y que las irregularidades ocultas bajo la nieve, como zonas convexas, pueden reducir la cohesión entre la nieve y el suelo, facilitando los desprendimientos. La composición del suelo o la roca también afecta: superficies lisas o suelos blandos ofrecen menor agarre a la nieve, mientras que rocas con crestas aumentan la estabilidad.
Sobre el factor humano, Larrea ha señalado que actividades como esquiar o cruzar una travesía pueden generar vibraciones o sobrecarga que provoquen la caída de la nieve. Incluso los montañistas más experimentados están expuestos, ya que asumir mayores riesgos incrementa la probabilidad de accidente.
Para reducir riesgos, Larrea ha recomendado conocer el terreno, consultar mapas y guías, prestar atención a la meteorología y observar señales de alerta en la nieve, como cambios de textura o acumulaciones irregulares. Sin embargo, subrayó que el riesgo cero no existe y que la montaña siempre puede presentar situaciones inesperadas.
Finalmente, Larrea ha explicado que los geólogos y expertos en geotecnia trabajan para predecir zonas de riesgo y proteger infraestructuras, como carreteras, mediante pantallas de retención de nieve o sistemas de alerta, aunque el riesgo natural de las avalanchas nunca desaparece por completo.




