El boxeador Jon Fernández, campeón de Europa del superligero, mira a 2026 con ambición: "La idea es defender el título europeo en casa, en Bilbao, en el primer trimestre del año"

Bilbao

Jon Fernández consiguió en noviembre un cinturón con el que llevaba soñando más de un año: el de campeón de Europa del superligero. Fue un día feliz, el de su triunfo ante el italiano Armando Casamonica, aunque se hizo de rogar. Y es que más de un año había pasado desde que se programó la pelea por primera vez. Distintos intereses de grandes promotoras generaron una locura de movimientos: el combate se pospuso tres veces, se amagó con un cambio de rival e incluso se cambió de Bilbao a Inglaterra para después volver a Bilbao.

Pero, al final, Jon consiguió el objetivo. "Ha sido una locura. Durante más de un año me he estado preparando para hacer el Europeo, con la pelea ya cerrada, tres o cuatro veces. Es un proceso mentalmente duro porque tu cabeza entra en modo pelea y al final se cae", recuerda ahora. Eso sí, admite que "lo mejor es lo que he aprendido en todo esto tiempo".

Un 2025 con buena nota

Ese aprendizaje también le ha hecho mejor deportista, más completo, pues "ha habido que adaptarse a las circunstancias que venían en cada momento". Eso sí, no olvida una reflexión acerca de todo lo vivido: "Mucha gente piensa que en el deporte las cosas se hacen cuando toca, pero la realidad es que el boxeo profesional también tiene parte de negocio. En mi caso, diferentes intereses fueron retrasando el poder hacer el Europeo porque la gente que está por el medio tiene promotoras muy grandes detrás".

Pero se queda con lo positivo, con el triunfo final: "Por suerte, al final hemos podido disputarlo y ganarlo, y en casa, que eso también mola. Cierro 2025 con dos peleas y dos victorias, así que a seguir". Evidentemente, su balance del año es optimista: "Al año le doy buena nota a título personal. He estado entrenando bien, he hecho las cosas bien, aunque siempre hay margen de mejora".

Su plan para el año que viene

A sus 30 años, Jon todavía cree tener margen de mejora: "Creo que todavía no he llegado a mi prime y que en estos dos o tres próximos años sea el momento en el que me encuentre mejor, tanto física como mentalmente. La experiencia que vas cogiendo es fundamental en el deporte para alcanzar ese máximo nivel".

Y quiere empezar en 2026 con una idea clara: "La idea es defender el título europeo en casa, en Bilbao, en el primer trimestre del año; es algo que está ya bastante encaminado". El objetivo a corto plazo mira a marzo, pero Jon también tiene otra idea rondándole la mente: "Mi calendario idílico sería, antes de verano, poder defenderlo una segunda vez y luego esperar a que llegue una oportunidad importante de disputar algo más grande".

Volver a La Casilla

Reconoce que cuando piensa en casa piensa en un pabellón concreto: "A mí La Casilla me gusta mucho. Es donde debuté y donde gané mi primer título. Es un recinto diferente a un frontón, es más bombonera. Pelear allí me encanta, así que creo que la primera defensa la haremos allí". Pero cuando le sugerimos la idea de poder hacerlo algún día en San Mamés nos compra la idea: "Sería impresionante porque querría decir que el boxeo crece y mueve mucha gente y también porque sería sinónimo de que es una pelea muy importante, una eliminatoria o un título mundial".

De momento, Jon disfruta también a su manera de estas fechas navideñas. "Como peleé en noviembre he podido tomarme con un poco más de relax las Navidades", reconoce. "Estas semanas de reuniones familiares y compromisos hay que ser un poco más laxo, sobre todo porque sé que en enero o febrero no voy a tener que pelear. Ya me ha pasado otras veces, que he peleado en enero y en Nochebuena he tenido que cenar puré. Pero no paramos de entrenar", zanja.