“Venimos de Barcelona expresamente": 30.051 athleticzales llenan San Mamés para un entrenamiento histórico del Athletic
Familias y niños llenan el estadio en la tradicional sesión navideña del Athletic Club, una cifra muy superior a la registrada en otros grandes clubes como la Real Sociedad o el FC Barcelona

“Venimos de Barcelona expresamente": 30.051 athleticzales llenan San Mamés para un entrenamiento histórico del Athletic
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San Mamés ha vuelto a demostrar este martes 30 de diciembre que el Athletic Club es mucho más que un equipo de fútbol. 30.051 personas, exactamente, han acudido al estadio para presenciar el entrenamiento navideño del primer equipo, una cifra absolutamente excepcional para una sesión a puerta abierta y que refuerza el carácter único del club rojiblanco.
El dato contrasta de forma contundente con lo vivido en otros grandes escenarios del fútbol estatal: en el entrenamiento navideño de la Real Sociedad celebrado ayer en Zubieta se congregaron alrededor de 1.000 personas, mientras que en el del FC Barcelona asistieron cerca de 5.000. En Bilbao, la respuesta ha sido masiva, multiplicando por seis esa cifra y convirtiendo el entrenamiento en un auténtico evento social.

San Mamés, lleno de familias y niños
Desde primera hora de la mañana, los accesos a San Mamés se llenaron de bufandas, camisetas y ambiente festivo. La mayoría de las gradas estuvieron ocupadas por familias con niños, protagonistas absolutos de una jornada pensada para reforzar el vínculo entre el Athletic y su gente más joven.
Las voces recogidas en la grada reflejan esa ilusión especial que solo se vive en Bilbao. “Quiero la camiseta de Guruzeta”, decía uno de los niños, convencido de que el delantero es “muy bueno”. Otro explicaba su plan con total naturalidad: “Cuando acabe el entrenamiento voy a ir abajo a pedírsela”.
Athleticzales llegados desde fuera de Euskadi
El tirón del Athletic también quedó patente en la procedencia de muchos aficionados. “Venimos de Barcelona expresamente”, explicaba una familia catalana que no quiso perderse la cita. “Cuando salimos del metro ya veníamos cantando”, relataban entre risas, mostrando cómo el sentimiento rojiblanco trasciende fronteras.

Para muchos de los más pequeños, el entrenamiento es una oportunidad única para ver de cerca a sus ídolos y soñar con un recuerdo imborrable. “A Nico Williams, porque es mi mejor jugador”, afirmaba otro niño sin dudar, decidido a intentar conseguir su camiseta. Otros señalaban a Iñaki Williams como referencia, mientras algunos destacaban a futbolistas menos mediáticos por acciones concretas que ya forman parte de la memoria rojiblanca.
Ídolos, sueños y peticiones para el nuevo año
Entre los nombres más repetidos también aparecía el del guardameta Unai Simón, admirado por “cómo juega en portería”, y el de jóvenes jugadores que empiezan a dejar huella. Más allá de los nombres propios, los niños también se atrevieron a pedir deseos para el nuevo año.
“Que ganen la Champions”, decía uno con una sonrisa, consciente de la dificultad. Otros afinaban más el análisis: “Que mejore un poco… que marque más goles”. Todo ello con la naturalidad y la sinceridad que solo se escucha en la grada infantil.
Una tradición que explica al Athletic
El entrenamiento navideño del Athletic se ha consolidado como una de las grandes tradiciones sociales del club, capaz de reunir a más de 30.000 personas para ver una sesión de trabajo, algo prácticamente inédito en el fútbol europeo. No hay puntos en juego ni trofeos, solo cercanía, identidad y sentimiento.
La escena de San Mamés lleno para un entrenamiento vuelve a explicar por qué el Athletic es diferente. Porque aquí el escudo, como decía uno de los niños, “es muy guapo”, pero sobre todo porque representa una forma única de vivir el fútbol que se transmite de generación en generación.




