El Cementerio Viejo de Badajoz revela un legado masónico único en España

Badajoz

La historia de Badajoz guarda secretos a plena vista, y uno de ellos se encuentra en el corazón del Cementerio de San Juan, conocido popularmente como el Cementerio Viejo. Allí, entre lápidas centenarias y nichos olvidados, se esconde una de las representaciones más singulares de la masonería en España: una logia masónica simbólicamente trazada entre tumbas.

En una nueva edición de "Badajoz en la Historia", conducido por José Emiliano Barrena en Hoy por Hoy Badajoz, el protagonista fue este recinto funerario que ha sido, y sigue siendo, testigo silencioso del paso del tiempo y de las ideologías. Acompañado por el maestro masón José Alberto Hidalgo, el programa desveló la profunda huella de la logia masónica Paz Augusta, una de las más influyentes del siglo XIX en la ciudad.

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Según explicó Hidalgo, el Cementerio Viejo alberga un espacio diseñado con precisión simbólica: tres tumbas de prominentes masones —Rubén Landa Coronado, Isidoro Osorio y Sánchez Valladares y Narciso Vázquez Lemus— forman un delta masónico perfecto, orientado hacia el punto exacto del amanecer. Esta disposición no es casual: las distancias entre las tumbas (3 metros, 3 metros y 4 metros) forman un triángulo exacto, con un significado profundo dentro del ritual masónico.

“Este triángulo representa lo que en masonería llamamos la ‘logia eterna’, y al amanecer, el sol ilumina exactamente esta figura”, explicó Hidalgo durante la emisión.

Los tres personajes enterrados en este triángulo fueron figuras destacadas en la historia local y nacional. Rubén Landa Coronado, abogado, presidente del Colegio de Abogados y padre de la intelectual republicana Matilde Landa, ostentaba el grado 30 en la masonería, el más alto entre los allí enterrados. Participó en movimientos republicanos y fue nombrado gobernador civil en un breve intento de instaurar la república en 1888.

Isidoro Osorio, también abogado y periodista, fue síndico del Ayuntamiento y miembro activo de la logia Paz Augusta. Su lápida refleja su vida intelectual con símbolos como la pluma, el birrete y una espada.

Narciso Vázquez Lemus, médico apodado “el médico de los pobres”, fundó la Cruz Roja en Badajoz y fue diputado constituyente en la Segunda República. Su entierro fue multitudinario, reflejo del respeto que inspiró en la ciudad.

El espacio que alberga estas tumbas es conocido como el cementerio civil, aunque durante años ha sido objeto de confusión e incluso negación por parte de algunos historiadores. Sin embargo, existe constancia documental en los archivos municipales bajo el nombre oficial de “Cementerio Civil”, creado tras un decreto del siglo XIX que obligaba a construir cementerios para quienes no comulgaban con la Iglesia católica.

“Durante mucho tiempo se le llamó el ‘cementerio de los protestantes’, pero fue construido por mandato del gobierno español y tiene su propio libro de registros en el Ayuntamiento”, explicó Hidalgo.

Además de las tres tumbas del delta masónico, el recorrido incluyó otros nichos con simbología masónica, como el compás, la escuadra o el lema “Libertad, Igualdad y Fraternidad”. Muchas de estas lápidas pasan desapercibidas para los visitantes, pese a su riqueza simbólica y su valor histórico.