Unidas por Extremadura promete 25.000 empleos y una nueva Ley Industrial para la región

Badajoz

La candidata de la coalición Unidas por Extremadura – Izquierda Unida – Alianza Verde, Irene de Miguel, es consciente de que estas elecciones tienen dos velocidades, las de unos partidos que aupados y financiados desde Madrid, que se pueden permitir espacios, foros y publicidad que, otros, decía De Miguel, “no podemos. Nuestra campaña es mucho más austera, nosotros hacemos artesanía política. Pero nos parece importante hablarle a la gente de tú a tú y contarles a la gente que todos los políticos no somos iguales.”

Cuestionada sobre los macroproyectos de la región, matiza que todos aquellos que no aportan o a los que se les pone una alfombra roja para instalarse en la región tendrán en frente a Unidas por Extremadura (caso de Elysium City), o lo que tenga que ver con empresas que vienen a extraer recursos para tratarlos y llevárselos fuera. Un ejemplo es la nueva planta de instalación híbrida fotovoltaica de 150 MW en Coria y Guijo de Coria, criticada por De Miguel porque, asegura, que “se carga la Dehesa Boyal de Guijo, y afecta también a Calzadilla. Y los propietarios de la Dehesa son los vecinos, pero nadie pregunta al pueblo si quiere este proyecto. Yo estoy muy cansada de estos megaproyectos que prometen miles de empleos que al final se quedan en nada, los impuestos se van fuera y la energía se va fuera. Estamos contribuyendo a que se enriquezcan otros territorios y aquí nos dejan las limosnas”.

Irene de Miguel alerta sobre el aumento de la llegada de los fondos buitres al campo extremeño, que están alquilando las fincas a los agricultores y ganaderos. “Es un peligro enorme dejar nuestra alimentación en manos de estos fondos buitre es peligrosísimo, y encima no generan empleo en el medio rural porque están muy mecanizados y hacen que la gente no pueda vivir del campo, ni en el campo. La llegada de estos fondos no es compatible con la agricultura profesional ni familiar que tenemos en Extremadura. Necesitamos proteger a esa agricultura”.

25.000 empleos vinculadas a la industria regional

De Miguel asegura que Extremadura necesita industrializarse, pero no con proyectos que la gente no quiere. Traer un macro-vertedero o plantas de biogás asociada a grandes granjas de cerdos blancos no es la industria que defienden en Unidas por Extremadura, porque no generan mucho empleo y si generan efectos nocivos en el territorio que expulsan a la ciudadanía de los pueblos. “No puede ser que seamos los principales productores de corcho, arroz o el tomate y que no se transforman en la región. Necesitamos apostar por la pequeña y mediana empresa, por eso creemos que todas las ayudas que se dan a las grandes inversiones, como la fábrica de diamantes de Di Caprio, son contrarias a lo que tenemos que hacer, que es acompañar a nuestras pymes y nuestras cooperativas para que den ese paso hacia la trasformación del producto. Nos estamos olvidando de quien es el músculo real de nuestra economía”.

Promete 25.000 empleos ligados a la industria, y una nueva Ley industrial para la región. Y es que el campo, los jóvenes y el empleo forman las bases de un programa que cuenta con 850 medidas para transformar la región, como han querido titularlo.

Es de los pocos programas que dice abiertamente no a la prórroga para la central de Almaraz. No es novedad. Lo defienden en todas las campañas y aseguran que la población, en este sentido, recibe noticias interesadas. Plantean un plan estratégico de comercio, con nueva fiscalidad y planes de empleo, específicamente para jóvenes y autónomos, una línea de ayudas para la instalación y consolidación de negocios extremeños, la renta rural de repoblación o la construcción de 5.000 viviendas de Protección oficial con un precio máximo de 80.000 euros.