A juicio los propietarios del Club Pigalle de Meis por explotación sexual

La localización de una de las testigos clave permite la celebración esta mañana del juicio contra la pareja que regía en el año 2018 el club Pigalle de A Goulla, Meis. Fiscalía solicita 23 años de prisión para él, brasileño, 22 para la mujer, de nacionalidad rumana.

Las víctimas son tres mujeres venezolanas captadas entre marzo y abril de ese año por los contactos que tenían en aquel país. En todos los casos se repite el procedimiento. Quien las elige en el lugar de origen busca un perfil de mujer con graves apuros económicos a la que ofrece venir a España con un contrato de trabajo.

Solo a una de ellas le dijeron la verdad, que ejercería la prostitución, a las otras dos las engañaron ofreciéndole un trabajo de camarera con un sueldo de 800 euros más las propinas. Las facilitaron el billete de avión de ida y vuelta, una reserva de hotel de 10 días en España y dinero en efectivo, para aparentar ante las autoridades españolas que venían como turistas.

Una vez aquí las recluían en el prostíbulo dejándole claro las condiciones, tendrían que prostituirse sin salario alguno porque lo recaudado era para alojamiento, manutención y pago de la deuda contraída por los gastos de su viaje. Las obligaban a trabajar nueve horas por semana, 11 los fines de semana, y las multaban si se negaban o salían del club aún con causa justificada como en una ocasión en la que acudieron al hospital. Una de ellas logró escapar de la habitación en la que el propietario trató de forzarla a mantener relaciones.

Los acusados se enfrentan a los presuntos delitos de trata de seres humanos y de prostitución coactiva así como de favorecimiento de la inmigración clandestina, a lo que se añade el delito de agresión sexual en el caso del hombre.