La vida a bordo del buque escuela Juan Sebastián de Elcano
El barco parte mañana tras permanecer desde el jueves en el puerto de A Coruña
Entrevista a Carlos Ameyugo, alferez del Juan Sebastián de Elcano (07/07/2022)
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A Coruña
Rachas de viento inimaginables, olas más altas que edificios, tormentas ensordecedoras. Son muchas las cosas por las que ha pasado el buque escuela Juan Sebastián de Elcano. Seguramente muchas de ellas siquiera seamos capaz de imaginarlas. Con 95 años a la espalda son muchas las anécdotas que sus maderas y velas pueden contar.
Mañana el buque escuela parte de la ciudad pero los coruñeses ya han conocido su historia. Más de 8.000 visitantes subieron a la proa del navío en los apenas cinco días que ha estado en la ciudad.
Mañana partirá su camino a Marín para que los 257 marineros que lo componen. Entre ellos 73 guardias marina que con motivo de su tercer curso de carrera en la armada llevan embarcados cinco meses en el buque. 113 metros de eslora que han visto como profesores y alumnos han aprendido a convivir juntos. Una hermandad que hasta los más veteranos como el alférez de la embarcación, Carlos Ameyugo, recuerdan con gran cariño.
Mucho tiempo para pensar, para hablar y para aprender. Con todo, los más jóvenes, no acostumbrados a pasar tanto tiempo sin pisar tierra, buscan en las pequeñas paradas como esta de A Coruña un oasis en el que descansar y reencontrarse con los suyos. Por eso a Elcano no lo recibieron los coruñeses sino los familiares de aquellos que iban en el barco. Muchos de ellos como Paqui llegaron desde Cádiz.
Alberto, aunque esté dentro del barco en régimen de alumno, comparte prisma con las familias. Es de Getafe y, aunque está encantado con la travesía, asegura que ver a su familia es como un soplo de aire fresco.
No lo pasan tan mal aquellos que llevan años embarcados y que en ocasiones sienten el mar más hogar que la propia tierra. Antes de su llegada a la ciudad el buque escuela Juan Sebastián de Elcano ha atracado en puertos griegos, franceses e italianos pero ninguno como el coruñés. La Torre de Hércules y el Castillo de San Antón marcan la diferencia.
A pesar de la pasión que puedan mostrar sus tripulantes, son cientos los coruñeses que parecen admirar también el barco y lo que representa. 500 personas participaron en la jura de bandera civil de este mediodía en el buque. Por el momento, todo el mundo (jure o no bandera) puede apreciar la belleza e historia del que es el buque escuela más antiguo del mundo en funcionamiento. De cuatro a diez menos cuarto de la noche aún se puede visitar el navío en el muelle de transatlánticos. Mañana partirá a Marín para que los alumnos lleguen a la escuela para la tradicional celebración de las fiestas del Carmen.