Los problemas de ser lesbiana en una sociedad heteropatriarcal
La excesiva burocracia para ser consideradas madres o la discriminación laboral son algunos de los problemas que impiden a las mujeres llevar una vida normal
Ser lesbiana es una sociedad heteropatriarcal
Lugo
Nos encontramos en el año 2022, el milenio que prometía coches voladores y vacaciones en la Luna. De momento todo indica que estos proyectos tardarán en llegar. Y no son los únicos. La igualdad entre hombres y mujeres es un sueño al que todavía le falta mucho para convertirse en realidad. La discriminación de la mujer es palpable en cualquier sociedad o colectivo del planeta, y el LGTBI no es una excepción.
Saúl Castro, fundador de la Asociación española contra las terapias de conversión, explica que lesbianas siguen siendo unas de las más olvidadas. “El colectivo no es homogéneo, esto se debe a que como en cualquier grupo minimizado se repiten las mismas lógicas discriminatorias que en la sociedad general”. Lo que conlleva a que un hombre cis hetero siempre tendrá más privilegios que una mujer lesbiana, o una persona transexual.
Castro nos habla de cuatro casos en los que es palpable la invisibilidad lésbica. El primero tiene que ver con la maternidad. “Cuando en el año 2005 se aprobó el matrimonio igualitario, no se modificaron todas las normas que afectan a las parejas binarias”, explica Saúl Castro.
El proceso para que ambas mujeres puedan ser consideradas como madres es largo y complicado. Si una de ellas se queda embarazada, solo se podrá reconocer a la otra como madre si están casadas y si el método de concepción ha sido por reproducción asistida. De no cumplir con estas condiciones se tendría que llevar a cabo un proceso de adopción que podría durar años.
En el ámbito de la salud las mujeres lesbianas también sufren discriminación, sobre todo en el campo de la salud sexual. Cuando una mujer revela que es lesbiana, en muchas ocasiones el médico o ginecólogo cambia su protocolo de actuación. “Se despreocupa de los problemas de infección sexual, porque los asocia a problemas del sexo entre hombres”, explica Castro. “Además se suele asumir que la pareja de la paciente no tiene pene, sin tener en cuenta la existencia de mujeres transexuales, por lo que desatienden sus peticiones de métodos anticonceptivos. De esta manera se produce una doble discriminación” añade.
Saúl proporciona datos y cifras muy preocupantes relacionadas con el ambiente laboral. “Según datos de la UGT el 90% de mujeres lesbianas consideran que tienen mas dificultades para encontrar trabajo, el 86% cree que tiene que ocultarlo en el trabajo, y el 40% asegura ver agresiones o vivir en el trabajo.” Estos datos se suman a los relacionados con las denuncias de delitos de odio. “Hay una disparidad muy grande a la hora de sentirte víctima y de dar el paso para denunciar delante de las autoridades”, concluye Saúl Castro.
Educar en la diversidad e igualdad reside la clave para crear una sociedad en la que cualquier tipo de colectivo no sufra ningún tipo de discriminación.