Antonio Rigueiro: "Tenemos que conseguir que el monte sea cada vez más difícil de quemar"
El ingeniero forestal ve necesario reducir las plantaciones de especies monoespecíficas para evitar que se provoquen incendios
Lugo
La Xunta anunciaba hace unos días que en Galicia 3 de cada 4 incendios son intencionados. Un dato que no pilla por sorpresa a Antonio Rigueiro, ingeniero forestal, que explica que es un hecho que se lleva repitiendo a lo largo de estos años. Rigueiro añade que los incendios por causas naturales también son un peligro: "una tormenta en un campo seco o dejar una botella de vidrio en el monte pueden ocasionar grandes problemas", pero no dejan de ser una minoría. De hecho este año el único incendio con graves consecuencias debido a una causa natural fue el del Folgoso do Courel.
"Tomar medidas para erradicar los incendios es muy complicado", afirma Rigueiro. Sin embargo ve necesario seguir avanzando en su prevención. "Tenemos que conseguir que el monte sea cada vez más difícil de quemar". Para ello propone diferentes medidas como "aumentar el control del ingreso del combustible vegetal" o "tratar de introducir pastoreo intensivo en el monte".
Rigueiro también apuesta por huir de plantaciones monoespecíficas, ya que tienden a arder más rápido, e introducir "especies frondosas, especies nuestras, como los abedules". Sin embargo esta tarea es complicada, pues este tipo de especies "son exigentes y requieren gran calidad de suelo". Por lo que los propietarios forestales "se inclinan por aquellas que pueden darles más beneficios a corto plazo".
El tiempo de recuperación de los territorios es diferente. "El tipo de vegetación que más arde en los montes gallegos es el de matorral". A pesar de esto, es una especie que se adapta muy bien al fuego, por lo que el territorio puede recuperase fácilmente en 5 o 6 años. En el caso de los bosques podrían tardar hasta cientos de años.
Antonio Rigueiro ve importante aumentar las actuaciones por vías policiales y judiciales, pues es muy complicado encontrar a los culpables de los incendios. "Dejar una vela encendida en medio del monte, puede causar un incendio después de un par de horas, tiempo de sobra para que el autor huya de la zona". Rigueiro añade que "el problema es que el juez solo puede declarar culpable a quien se pille con las manos en la masa, por lo que tomar medidas en contra de los incendios intencionados es prácticamente imposible." En definitiva , concluye "quemar el monte es fácil y quedar impune también".