El Agrocuir da Ulloa arrasa en su edición más multitudinaria e inclusiva

Lugo

Este fin de semana se celebró en Monterroso la séptima edición del Festival Agrocuir da Ulloa, que tiene por bandera la tolerancia y los mandilones de cuadros. Lo primero porque es una fiesta que celebra la diversidad de todo tipo: sexual, física, funcional, natural... Y lo segundo es un homenaje al trabajo de las mujeres en el rural gallego.

Cada año el festival se supera, y en esta edición la organización fue muy ambiciosa en hacer del festival un espacio inclusivo y accesible. Fue también la más multitudinaria: calculan que fueron unas siete mil personas las que disfrutaron de las actividades organizadas. A pesar de que se ha masificado, es una cita respetuosa con el espacio y los que están desde las primeras ediciones aseguran que no ha perdido su esencia.

Los visitantes que van a Monterroso al Agrocuir destacan lo a gusto que se sienten, el ambiente de respeto que permite ser uno mismo sin sentirse juzgado. El disfrute de los festivaleros no perjudica a los vecinos, que comparten la misma sensación de comodidad y conviven con el festival de muy buena gana. No solo eso, sino que el municipio se vuelca con la fecha decorando los comercios, las casas y las calles y colaborando con la organización.

La programación estuvo muy vinculada a la música y al baile tradicional. Los cantos de taberna y el concierto de Xosé Lois Romero y Aliboria fueron los momentos de más afluencia. El festival parte de lo rural y lo tradicional para actualizarlo y hacerlo inclusivo. Gabi Reboredo, que impartió un obradoiro de baile, asegura que "o diverso existiu dende sempre, e no Agrocuir o que fai é manifestarse".

Desde el Concello hablan de una edición "histórica tanto a nivel de participación como de organización" y que el Agrocuir es "un emblema para Monterroso a día de hoxe".

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