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Un cachete no sirve para nada

Cuando tratamos de educar de forma violenta, los niños no dejan de hacer algo porque hayan aprendido, no lo repiten porque no quieren que se les vuelva a pegar

Marta Paz, educadora social: "un cachete no sirve para nada"

Marta Paz, educadora social: "un cachete no sirve para nada"

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Lugo

Hay frases hechas, o a medio hacer, que a fuerza de oírlas las podemos asumir como normales. A la hora de educar a los niños sigue siendo relativamente fácil escuchar a algunos padres expresiones del tipo: “Como vaya yo ahí, vas a llorar por algo”; “¿quieres cobrar?”… En ocasiones padres y madres asumen inconscientemente que, en determinados momentos del aprendizaje, “una bofetada a tiempo” sirve para marcar el camino y enderezar a los niños desde pequeños.

El asunto llama la atención porque esos mismos padres jamás reaccionarían de forma violenta a nivel físico con ninguna persona de su entorno y, sin embargo, sí pueden hacerlo de forma inconsciente con los seres que más quieren, sus propios hijos.

La realidad es que la única bofetada a tiempo es aquella que no se da. Un cachete no deja como secuelas un gran daño físico, pero sí un castigo emocional inútil. Marta Paz, educadora social, lo tiene claro: la violencia o la amenaza no sirven para nada “los niños no dejan de hacer algo cuando les pegas porque hayan aprendido el mensaje, no lo repiten simplemente porque no quieren que les vuelvas a pegar”.

Pocos estamos libres de tener un mal día. El estrés, complicaciones en el trabajo, la fatiga en nuestra labor de padres, todo ello puede redundar en un momento dado en una reacción violenta por nuestra parte. Sería, según Marta, “una especie de descarga de nuestra frustración, nuestro enfado, en el niño”. Llegado este punto, la especialista lo tiene claro: “Seguro que nos sentiremos culpables por haber reaccionado así, y lo importante es en ese mismo instante, hablar con el niño. Explicarle que nos hemos puesto nerviosos y hemos reaccionado mal, por lo que estamos arrepentidos. No pasa nada por pedir perdón por ello, todos podemos equivocarnos, y los niños deben aprender también que tras los errores es necesario disculparse”

Marta Paz es especialista en intervenciones familiares. Puedes contactar con ella en contacto@educandonos.es

 
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