El maquinista del Alvia de Angrois afirma entre lágrimas que era "imposible" frenar sin señales
Francisco José Garzón vuelve a pedir perdón a las víctimas e insiste en que no había suficiente señalización y que no había recibido la formación necesaria
Atlas
Santiago de Compostela
Francisco José Garzón, el maquinista del Alvia accidentado en Angrois, reiteró en la segunda jornada del juicio que no había la señalización necesaria antes de llegar a la curva da Grandeira, que fue imposible frenar el tren y que "le hubiera pasado a cualquiera" en su situación.
El maquinista del Alvia de Angrois afirma que era "imposible" frenar sin señales
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Fue la única declaración en la segunda jornada del juicio, porque el exdirector de seguridad de Adif, Andrés Cortabitarte, se negó a prestar declaración este jueves y la pospuso para el día 13 de octubre, aludiendo a un malestar ocasionado por la agresión del día anterior. Hubo de nuevo tensión en la entrada y en la salida de Cortabitarte, pese a que la Ciudad de la Cultura estaba blindada en los alrededores del edificio CINC, con un fuerte dispositivo policial que acordonó los alrededores para evitar nuevos incidentes.
Francisco José Garzón sólo respondió a preguntas de su abogado. Empezó nervioso y dubitativo con las primeras preguntas, pero fue tranquilizándose a medida que avanzaba la sesión y respondió con rotundidad a las cuestiones relativas al accidente. El maquinista explicó que no había la señalización ni las balizas necesarias y admitió que se desubicó con la llamada que recibió antes de la curva: "Me desubicó, perdí la conciencia. Creí que estaba en el túnel anterior". La defensa de Garzón se dividió en tres partes: la primera, se centró en recordar la trayectoria profesional del maquinista, que llevaba ejerciendo como tal desde 1982 y había realizado el recorrido Ourense-Santiago en numerosas ocasiones. En segundo lugar, su abogado se ha centrado en los aspectos técnicos que fallaron, como el sistema de frenado denominado "hombre muerto" y criticó que la línea no fuera considerada de alto riesgo. Garzón, en su declaración, declaró que nunca recibió formación en las condiciones en las que se dio el accidente, como tampoco a la hora de usar los sistemas de telecomunicaciones en cabina.
Garzón dejó claro que "era imposible" parar el tren cuando se ve la primera señal, y que "le hubiera pasado a cualquiera" que estuviera en su situación. Además, también reconoció que "con las medidas que hay ahora, que es las que tenían que haber estado" sería "imposible" que se hubiese repetido el accidente. El maquinista, que se emocionó en varios momentos de la declaración, le pidió en reiteradas ocasiones perdón a las víctimas.
La polémica
El momento más polémico de la jornada se dio a la finalización del juicio, cuando el letrado del otro acusado, Andrés Cortabitarte, solicitó el aplazamiento de la declaración de su cliente, prevista para mañana. Su defensa alegó que "no está en condiciones de declarar" haciendo referencia al golpe que le propinó el padre de una de las víctimas a la salida de la sesión de cuestiones previas. La magistrada Fernández Currás ha accedido a esta petición "para que pueda reponerse", una decisión muy criticada por las víctimas y por el abogado de Garzón quien formuló la correspondiente protesta en sede judicial y aseguró que "si iba a hacer esto y se sabía desde el principio, que se dejasen las dos declaraciones para el próximo día". Prieto está convencido de que lo que quiere hacer la defensa del ex responsable de seguridad de ADIF es "ganar tiempo" y preparar mejor su declaración tras escuchar al maquinista.