Los transportistas amenazan con movilizaciones si les obligan a desviarse por la N-120 para sortear Pedrafita
Desde AETRAM prefieren pasar por el pueblo que utilizar el desvío habilitado en la A-6 por el Ministerio de Transportes
Vista de las obras de reparación de los viaductos de O Castro, en la localidad lucense de Pedrafita. EFE/ Eliseo Trigo / Eliseo Trigo (EFE)
Lugo
Los transportistas de AETRAM amenaza con movilizaciones en el sector si les obligan a desviarse por la N-120, e ir hasta O Barco de Valdeorras, para sortear Pedrafita do Cebreiro.
El presidente de esta asociación del transporte de mercancías por carretera de Lugo, Diego Arias, ha asegurado, sobre el nuevo desvío por la caída del viaducto de O Castro, que los que “conocen el terreno, cogemos la salida anterior a Pedrafita y subimos por la antigua Nacional VI y pasamos por el pueblo de Pedrafita, que nos parece lo más razonable para el tipo de vehículos que llevamos”.
“Es mejor pasar por Pedrafita que pasar por el itinerario que ha trazado el Ministerio de Transportes”, ha subrayado.
Diego Arias ha apelado a que “un día como hoy”, de lluvia fuerte, “si por cualquier motivo tienes que parar en medio de la subida y no hay manera de arrancar tendrías que volver marcha atrás, y así bajando y lloviendo sería impracticable”, alerta.
En cuanto al desvío por la N-120 “por O Barco de Valdeorras”, ya ha anticipado que en el sector “no” lo van a “aceptar de ninguna manera”. “De ninguna manera vamos a dar la vuelta por la Nacional 120, tal y como están las cosas y los precios de los carburantes”, avisa.
El presidente de AETRAM ha recalcado que “no se pueden hacer sesenta o setenta kilómetros al revés por una carretera que no está transitable para estos vehículos”.
Y dicho esto ha amenazado con “movilizaciones”, insistiendo en que “eso no lo vamos a permitir”. “No lo vamos a permitir de ninguna manera y nos tendremos que movilizar”, ha advertido.
El tener que optar por la Nacional 120 supondría en cada viaje “una hora y media más”, en definitiva, ha resumido Diego Arias que es “una vuelta muy grande y un gasto para el camión muy elevado de combustible y de ruedas, que ahora mismo no se puede asumir”.
