El suplicio de ser una familia monoparental: malabares con horarios, reducciones de jornada y mucha sobrecarga

María tiene 38 años y dos mellizos de 8 a su cargo. Ser madre es una decisión de la que no se arrepiente pero sí que reconoce que la crianza monoparental es, cuanto menos, frustrante. Compatibilizar la crianza con la jornada laboral no es sencillo. Todavía menos si toda la responsabilidad recae sobre una persona. La falta de apoyo de las administraciones públicas es, dice María, su martirio.

Desde la Asociación de Familias Monomarentales de Galicia, FAGAMOS, piden más ayudas como servicios de guardería o más facilidad para acceder a actividades extraescolares públicas. Explican que la conciliación laboral es muy complicada cuando la unidad familiar depende de una única persona. Es habitual que las familias monoparentales se vean obligadas a solicitar la reducción de jornada para poder cuidar de sus hijos. Una situación que afecta de forma directa a su poder adquisitivo.

Según la Red Europea de Lucha Contra la Pobreza el 43 por ciento de las mujeres con hogares monoparentales están desempleadas. María es clara cuando dice: "Yo tengo ayudas pero no por ser madre soltera sino por una renta baja derivada de la necesidad de pedir una reducción de jornada".

La Asociación para la Salud Emocional en la Infancia tiene una línea de ayuda telefónica dedicada al apoyo emocional desde 2020. En apenas dos años el 34 por ciento de las llamadas fueron hechas por familias monoparentales formadas por madres.

María conoce bien esa sensación de sobrecarga. Reconoce que más de una vez ha llegado a casa y se ha puesto a llorar. Día a día debe encontrar la balanza entre trabajo y familia. En la ecuación, asegura, no hay tiempo para ella.

Galicia es una de las 7 comunidades autónomas que cuenta con una legislación para estas familias. La Xunta de Galicia cifró en 1495 los certificados de familia monoparental expedidos en 2021, el doble que el año anterior. FAGAMOS critica que el certificado tiene pocos beneficios y que, además, debe renovarse anualmente. Una condición que desde FAGAMOS no logran comprender: "Si soy madre soltera este año también lo voy a ser el que viene. No va a aparecer un padre por arte de magia", dice María.

Con los años los modelos de familia son cada vez más diversos y están más aceptados. Hace 100 años ser madre soltera, por ejemplo, significaría estar señalada de por vida. Ahora la cosa ha cambiado. La sociedad es más inclusiva. No lo es tanto la administración.