El Celta y el Día de la Marmota
Dura derrota de los de Coudet en Almería (3-1)
Vigo
El Celta se desangra cada partido un poco más. Hoy Coudet se disfrazó de Mourinho, el portugués, y apeló para justificar el resultado a la expulsión, lógico, pero también en el calor y la hora del encuentro. Beltrán habló de que el fútbol está siendo injusto, cruel y que todo nos pasa a nosotros. Ese discurso es el previo al de todos los equipos que caen en picado y que no quieren darse cuenta de lo que les está pasando. Cuando uno cae abajo cambia ese discurso por el de “aún queda mucha Liga”. Está claro que se vendió que el Celta tenía una plantilla top para estar “mucho más arriba que en los últimos años (sic)”, pero eso habrá que demostrarlo en el campo. La primera media hora del Celta fue muy buena: control de partido, sin hacerle daño el Almería, ataques de los de Coudet pero sin excesiva profundidad pero con más intenciones que los locales. Hasta que una buena cabalgada de Óscar Rodríguez dejó un gran centro que Aspas hace la genialidad de amagar y dejarla pasar al punto de penalti; Larsen no llega y Carles Pérez se la da a Gabri Veiga que marca un golazo por la escuadra. Era el minuto 24 y pintaba muy bien la cosa. Pero en el minuto 31 una roja a Gabri Veiga por un pisotón cambió todo. Un pisotón que el árbitro del Cerro Grande no pitó ni falta y le corrigen en el VAR. La va a ver al VAR y las tomas que ponen son preocupantes: a cámara lenta y marcha atrás. Desde el pisotón hasta el control del balón de Gabri Veiga pisando el esférico con los tacos. No se juzga la intencionalidad y solo el pistón final, no la acción completa. El Marca titula “Pisotón del VAR al Celta”. Que juzgue cada uno.
Aguantó el Celta bien hasta el descanso sin apenas sufrir, por un juego muy plano y solo con centros laterales del Almería. Pero todo cambió al descanso. Volvió a asomar la mandíbula de cristal del equipo y la forma de complicarse la vida de los de Coudet. Tiene Óscar el balón controlado en el lateral mete un pase corto a un compañero de espaldas, roba el Almería y Óscar no va fuerte a disputar el balón. Baptistao se mete por la derecha pase de la muerte y desastre de los centrales. El gol hizo daño. El mismo que en Pucela. A los dos minutos se queda solo Baptistao después de hacer un traje a Unai. Y después llega la jugada del gol de De la Hoz en la que Cervi pide falta, el árbitro y el VAR consideran que no hay plancha previa de De la Hoz y el tiro se mete en la portería después de tocar en Tapia.
Y el Celta lo intentó con Aspas metiendo pases imposibles para dejar a Beltrán un par de veces en condiciones de disparar, una cabalgada de Mingueza que se metió en el área y casi fuerza penalti, o un disparo de Óscar que está a punto de entrar.
Luego Coudet decidió lanzar un mensaje a quién lo quiera ver. Cuando todo el mundo esperaba a Paciencia, saca a Pablo Durán por Javi Galán. Como para dejar claro que no tengo recambio al lateral izquierdo. Cervi pasó a ejercer de improvisado lateral en una reconversión sorprendente que no se recordaba en Vigo desde la del naval en los 80.
Pero, al rato, decide perder 1 minuto de tiempo y otra ventana, sacando a Paciencia al campo. Inaudito.
Y el final del partido con el equipo confiando poco en hacer daño con 10, acabó en ridículo en un córner en el que la pasividad de Cervi, Tapia y Unai es impropia de un equipo de Primera División. 3-1 y ojo con los goles average a final de Liga.
Bien harían Coudet y los jugadores en dejar de hablar del tiempo, del horario, de la expulsión o de la mala suerte porque “todo nos pasa a nosotros”. Y se tendrían que poner a analizar porqué llevas una media de 3 goles encajados por partido en las últimas 5 salidas que son números de descenso a Segunda División. Puedes tener toda la mala suerte del mundo pero algo harás mal cuando el Atlético te mete 4, el Valencia 3, el Barcelona 1, el Pucela 4 y el Almería 3. Podemos apelar a la mala suerte sin ver que el Celta lleva 4 de los últimos 24 puntos, que solamente ha sumado 1 punto contra Valladolid, Getafe y Almería en SU Liga, y que es uno de los equipos más goleados de la categoría. Ya no es que le des aire a esos rivales, es que los haces internacionales a todos. Quedan dos bolas de partido antes del parón contra Osasuna y Rayo. El Celta haría bien en no creerse más de lo que es y en pensar que tiene las mismas opciones de bajar que el resto. En Cornellá el Prat y en ese milagro de la permanencia, estaban Aspas, Mallo, Sergio, Kevin, Brais, Rafinha, Rubén Blánco, Iván Villar, Santi Mina e incluso Nolito que es como de la casa. Ahora es difícil ver más allá de Aspas y Hugo. Ojo que el Celta no se convierta en el equipo del “jugamos como nunca y perdimos como siempre”. De ellos depende cambiar las cosas y eso pasa por la autocrítica y el trabajo. Algo se hará mal para llevar 4 de 24 y no es consuelo decir que hay otros que están peor. Porque cada vez hay menos que estén peor que tú.