Henrique Dacosta: ocho relatos, una obra de teatro y el robo de una bicicleta

Ferrol

El escritor Henrique Dacosta (Ferrol, 1964) acaba de publicar "O estraño caso da bicicleta amarela" (Belagua) y su última obra, que en realidad son ocho relatos y una pieza teatral y lleva por título el mismo que el de uno de esos cuentos, surgido a raíz de "un suceso que le aconteció al pobre de mi hijo", cuenta.

Profesor de literatura y ganador de los premios Carvalho Calero y Lueiro Rey, Dacosta mantiene su amor por el realismo con una selección de textos dotados de "mucha carga; en muchas ocasiones, parto de hechos que sucedieron y partiendo de esa realidad hago una ficción que nada tiene que ver".

A su hijo "le desapareció del garaje" su bicicleta, pero lo curioso, afirma, es que apareció "colgada de un gancho una bicicleta que no era mía, me volví loco buscando por todo el garaje y nunca apareció esa bicicleta, pero sí otra".

Con ese primer elemento, "monté un cuento de Reyes que engancha con otro de Navidad de mi libro anterior", así que hay "un cierto hilo conductor", pero es pura casualidad: "No son cosas que pienses; sin darte cuenta, comienzas a escribir y dices "caramba, hablé de un tema semejante en otra ocasión", estableces un diálogo con la obra".

Dacosta también coquetea en este volumen con "un suceso real" que traza una línea hacia "El viejo y el mar", de Hemingway, y en el que recrea "el enfrentamiento de una persona con un animal que le quiere dar caza", todo un "desafío a un pez", asegura.

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"Me siento cómodo hablando de lo que conozco; una vez que te alejas de esos lugares, siempre tienes que andar con cuidado", expresa el autor, cuyas "dos patrias pequeñas" en lo cronológico y lo espacial son el barrio ferrolano de Canido y el núcleo de Prioiro, en la parroquia rural de Covas, también en Ferrol.

Son los "dos lugares donde me crié" y con ese poso lanza ahora un libro ante el cual, de nuevo, quiere que haya "comentarios; críticas buenas, malas o regulares", pero, en definitiva, que la "obra cale en la sociedad" porque así tendrá "una noción de dónde están las virtudes y los defectos de la obra".

Dacosta remarca que explota "el hilo realista, entretejido con el mundo onírico", retazos de "sueños y nuestra propia antropología" o elementos de "carácter mitológico; me gusta jugar con los límites entre realidad y pararrealidad, son tremendamente difusos".

"En muchos relatos, parto de situaciones que acontecieron; una ficción que acabe superando con mucho lo sucedido ya es otra historia", incide el narrador, que da cabida en "O estraño caso da bicicleta amarela" a tres "relatos que ya existen de años atrás, intenté que no quedasen esparcidos en diferentes editoriales".

Destellos de la Guerra Civil o historias de prisioneros de guerra se dan la mano en la escritura del ferrolano, que por primera vez se lanza a publicar una pieza teatral tras haber adaptado a nivel escolar un texto semejante para "una especie de radionovela".

En esta ocasión, vuela lejos de Ferrol y traslada el argumento al cementerio de Colón, en La Habana, "diseñado por un ferrolano", apunta, en alusión al arquitecto Calixto Loira y a un camposanto en el que reposan los restos de muchos vecinos de la comarca de Ferrolterra emigrados a Cuba.

Hechos del pasado, pero Dacosta intenta que la "nostalgia no cale de una manera a veces tan enfermiza" porque, admite, "es normal buscar aquello que viviste", pero ese "lugar nunca acaba siendo lo que fue".

Citando al poeta austríaco Rainer Maria Rilke, asegura que la verdadera patria del hombre es la infancia, así que las primeras experiencias van a "calar profundamente en tu vida"; también las de un escritor cuya "infancia fue feliz, de estar en la calle, jugar mucho y tener muchos amigos" y que ahora hace suyas las vivencias de su hijo para seguir tejiendo sueños.