Los Ecocombustibles,la alternativa a la electrificación
Varias marcas de automóviles se han puesto a trabajar en este sentido y los resultados ya son visibles
Vigo
Se sigue apostando por la electricidad casi como única energía para el futuro. El hidrógeno está aún lejos de ser una opción a corto plazo, a no ser que se consiguieran bajar sus costes de manera radical; y se han promulgado numerosas normas para fomentar la compra de coches eléctricos. Pero a corto plazo la mejor opción consiste en no cambiar de tipo de vehículo, pero sí en los combustibles que lo mueven. Ya que el futuro del automóvil pasa por otra alternativa diferente al coche eléctrico único.
Los ecocombustibles son una alternativa real al automóvil eléctrico, puesto que se trata de combustibles líquidos neutros o bajos en emisiones de CO2, producidos a partir de residuos urbanos, agrícolas o forestales. Y también el reciclado de plásticos a aceites usados. Eso sí, para elaborar estos ecocombustibles en cantidades suficientes para atender la demanda serían necesarias importantes inversiones en las refinerías.
Los biocombustibles se vienen utilizando ya por normativa española y europea. Cuando nosotros cargamos el depósito de nuestro automóvil, ya sea gasolina o gasóleo, un 10 % de estos combustibles ecológicos ya van dentro. Lo que habría que hacer es que en vez de un 10 % se fuera aumentando el porcentaje. Por cada 1 % que aumentemos de estos ecocombustibles estamos reduciendo 800.000 toneladas de CO2.
Los ecocombustibles están en un limbo. De momento, ese 10 % que llevan la gasolina y el diésel está pagando los mismos impuestos. Y si en vez de un 10 % le metiéramos un 85 % seguirían pagando los mismos impuestos que los hidrocarburos.
En los coches, a no ser que tengan más de 15 años, no hay que hacer ninguna modificación porque es un combustible alternativo al petróleo. De hecho, hay etanoles ya a mezcla del 85 % de etanol y 15 % de gasolina funcionando. El coche eléctrico va a tardar bastante en ser una alternativa real al motor de combustión. Por precio y por prestaciones. En España, hay 28 millones de vehículos y es ilusorio pensar que se van a cambiar al eléctrico en pocos años.