La edad de oro del barro: de "Ghost" a terapia antiestrés

Ferrol

La Barroteka, en una de las entradas al barrio de Esteiro, es desde el 8 de agosto el primer taller de cerámica abierto en Ferrol y su máximo responsable es Rubén Ponte, que en 2021 dejó su trabajo en el departamento de Recursos Humanos de una gran empresa para volcarse en su pasión, tener "las manos en el barro".

Afirma que el local está "a tope, creando una cantera de artistas", y habla de "ganas de barro" porque esta actividad "es tendencia en estos últimos años" gracias a que ha habido "gente que ha apostado por esta profesión".

Por lo pronto, "en Ferrol ha sido un rotundo éxito" porque no "había ningún sitio" dedicado a ello y su impulsor sostiene que las "cosas hechas con las manos y con cariño es lo que más le gusta" al público, especialmente tras una pandemia que arrancó con fiebres como la de hacer pan en casa.

"Nos hemos quedado con ganas de hacer cosas artesanales, es muy satisfactorio; en mi caso, vivía estresado y utilicé el barro los fines de semana desde hace cinco años para evadirme del estrés de la semana, relajarme", apunta Ponte.

Para este ferrolano, desde el inicio de este año de nuevo en su ciudad, crear sus propias piezas y "hacer en dos clases una maceta", era "lo más satisfactorio" de la semana, ya que su profesión, "muy bonita y muy dura" a la vez, acabó por provocar en él un desgaste.

Tras un tiempo en el que le tocó dar "noticias que no gustan" porque se implicaba mucho con la gente, confirmó que el "barro llegó para quedarse", cerró una etapa laboral y empezó a formarse en técnicas de modelado y torno.

Volvió a Ferrol en enero, buscó un local y abrió La Barroteka" no sin "miedo", ya pensaba que iba a estar "solo", pero eso fue hasta la víspera de la inauguración: "La acogida ha sido bastante bueno gracias al boca-oído, hay gente que viene a través de las redes sociales".

Ponte está "contento con el local, con la acogida y con los alumnos", un público "variopinto" que va de los 4 a los 85 años que tiene la mayor, desde "gente joven, familias con sus hijos pequeños, ingenieros", estudiantes o personas que han regresado a la ciudad, teletrabajan y buscan "actividad para ratos libres".

En todo caso, hace un "llamamiento a los chicos" porque son mayoría las mujeres entre un colectivo en el que una parte "lo tiene claro" y quiere "hacer una lámpara o empezar a conocer cómo funciona el barro" y otra que pretende avanzar en esas nociones.

La Barroteka ofrece unas "primeras clases pautadas en las que enseñamos cómo funciona, las texturas o las mezclas de barro", explica, para que salga, por ejemplo, una primera taza, pero muchos ya llegan con ideas capturadas en redes sociales como Pinterest o Instagram.

Eso sí, Rubén Ponte reseña que en estas semanas sus eventos también abarcan el arte floral japonés o el intercambio de esquejes, otra corriente que se "suele hacer en grandes ciudades", como también la elaboración de coronas navideñas o velas con "elementos cien por cien naturales".

Y el usuario no es solamente de Ferrol y municipios aledaños, también de A Coruña: "Los cuatro talleres de cerámica que hay están completos y con lista de espera, hay tendencia". Una moda que ya se reflejó en la película "Ghost", cuya memorable escena con Patrick Swayze y Demi Moore marcó una época, y a la que hace alusión el responsable de La Barroteka entre risas.

"El torno cerámico -que aparece en la secuencia- lo tenemos, pero no hemos empezado; estamos preparados, listos todavía no", apostilla, para avanzar que en este período inicial están "muy centrados en el modelado", pero "a partir del año que viene" empezaran a tocar torno.

No es una técnica cualquiera, ya que requiere de una postura muy concreta en una silla y precisa de un "profesor pendiente para que no se haga daño en la espalda", pero 2023 será el fin de estación a un recorrido artístico, el que va del cine a la creación de una obra personal e inimitable.