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Crimen

Las estafas en la compraventa de vehículos estarían detrás del crimen del pozo de O Porriño, según concluye la Guardia Civil

La Benemérita así lo ha comunicado tras las actuaciones practicadas para tratar de esclarecer los hechos

Pozo en O Porriño en el que se halló el cuerpo sin vida del hombre portugués. / Lanomark

La Guardia Civil ha concluido que el motivo del homicidio del pozo de O Porriño podría estar relacionado con estafas que supuestamente la víctima realizaba en el sector de la compraventa de vehículos.

Así lo ha señalado la Benemérita en un comunicado tras las actuaciones practicadas para tratar de esclarecer los hechos, después de que en febrero de 2021 apareciese el cuerpo sin vida de un ciudadano portugués en un pozo de dicha localidad pontevedresa.

Tras identificar a la víctima el pasado mes de abril, la investigación, tutelada por el Juzgado de Instrucción número 3 de O Porriño, consiguió reconstruir los últimos movimientos conocidos realizados por el fallecido.

Así se determinó que había desaparecido el día 13 de octubre de 2018 en Vigo. Después se identificó a los supuestos autores materiales del suceso, por lo que la semana pasado cinco personas fueron detenidas.

De ellas, dos fueron puestas en libertad ya en sede policial y tres pasaron a disposición judicial, decretándose el ingreso en prisión de dos varones y quedando un tercero en libertad, los tres investigados por los delitos de homicidio y detención ilegal.

Cuerpo encontrado en 2021

El cuerpo fue encontrado por un empleado de una empresa de limpieza, que iba a realizar unos trabajos en una nave, en febrero del año pasado. El cadáver estaba muy deteriorado y, junto al cadáver, que tenía señales de violencia, se encontraron también las llaves de un vehículo antiguo marca Renault y una llave convencional, así como monedas acuñadas en Portugal.

Los métodos de estudio genético no permitieron la identificación del hombre, por lo que se recurrió a esas técnicas de antropología forense. Los expertos concluyeron que el fallecimiento se produjo entre 2017 y 2020, y que el cuerpo pertenecía a un hombre de entre 30 y 40 años de edad, de 1,75 metros aproximadamente de estatura, y de complexión fuerte.

La identificación del cuerpo fue posible gracias a la difusión de un retrato robot, que fue visto por la madre del fallecido, reconocimiento que podría tratarse de su hijo. Finalmente, tras la realización de pruebas de ADN, el resultado fue positivo.