Un investigador de Renfe vuelve a apuntar a la llamada telefónica como clave en el accidente de Angrois
Asegura que era "improcedente", y que de haber sido más corta, no se hubiera producido el siniestro. Avala la señalización pese a que había discrepancias con el libro horario en cuanto a su ubicación
Santiago de Compostela
Si la "improcedente" llamada del interventor al maquinista del Alvia hubiera durado 30 segundos menos o hubiera comenzado o hubiera comenzado un poco más tarde, el accidente de Angrois en el que murieron 80 personas en julio de 2013 no se hubiera producido. Es uno de los grandes titulares que dejó el que era el responsable del departamento de investigación de accidentes ferroviarios, Manuel Conde.
Después del parón navideño, se retomó la macrocausa del Alvia, que encara la recta final en la fase penal, antes de que presten declaración las víctimas, a partir de mediados del mes de marzo. Conde centró buena parte de su intervención en la llamada, además de tratar asuntos como las tres discrepancias en puntos kilométricos sobre la señalización (no coincidían con lo marcado en el libro horario) y en cuestiones relativas a los sistemas de seguridad.
Conde admitió que hubo estas discrepancias en tres puntos de la línea, entre ellos, la señal de limitación de 80 kilómetros por hora anterior a la curva de A Grandeira. De todos modos, si bien reconoció que no coinciden exactamente con lo que marca el libro horario y el cuadro de velocidades máximas del maquinista, avaló la señalización y aseguró que no había sido un elemento decisivo en el accidente, toda vez que Garzón circulaba descentrado.
En este sentido, puso el foco en la llamada y en la duración de la conversación entre el maquinista y el interventor. Afirmó que, de haber durado 30 segundos menos, el tren no hubiera descarrilado. También aseveró que fue una llamada "improcedente" en el origen, y que el conductor tendría que haber optado por cortarla una vez que percibió que el asunto tratado no era urgente.
También destacó que el muro de hormigón agravó las consecuencias del accidente, y que la tajea funcionó como una cuchilla.
En cuanto a la desconexión del ERTMS, asó bastante de largo, y comentó que "es una hipótesis" asegurar que, de haber estado conectado, el tren se hubiera frenado. Sin embargo, comentó que era más seguro circular con Asfa que sin ningún sistema de seguridad.
Nuevas pruebas
La sesión empezó con algo de polémica, con el escrito de alegaciones presentado por la defensa del maquinista. En este texto, aseguran que Adif actuó "de mala fe" al aportar unas normas de ingeniería en la transición que no eran las vigentes a partir de 2011. La jueza, María Elena Fernández Currás, dio media hora las partes para analizar el escrito, y terminó aceptando las alegaciones, pese a que fue crítica con los tiempos y, sobre todo, con el tono del escrito.
En todo caso, indicó que no habrá ni nuevos testigos ni un cambio de fechas, y dio la opción a Adif de emitir una nota aclaratoria.
La Abogacía de Estado, que defiende en este juicio al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, rechazó las acusaciones de "estafa procesal" y de haber actuado con "mala fe".
Iñigo Caínzos
Redactor en Radio Galicia desde julio de 2021. Graduado en Administración y Dirección de Empresas y...