Caos total en el aparcamiento del Clínico

Santiago de Compostela

Aparcar el coche en el Hospital Clínico de Santiago de Compostela se ha convertido en una misión prácticamente imposible para los trabajadores y usuarios, que cada día tienen que hacer malabarismos (o incumplir la ley) para dejar su coche, en una situación que es caótica, mientras que las autoridades siguen derivándose la responsabilidad y aplazando la solución para un problema que va a más.

Coches en las aceras, en doble fila, en pasos de peatones, en jardines o en plazas de minusválidos. Solo hay que darse una vuelta por la explanada principal del CHUS para percibir la necesidad de aparcamiento, mientras que desde la Xunta aún abogan por hacer por hacer un estudio de movilidad.

Las aceras están ocupadas por coches, dificultando el tránsito a personas con movilidad reducida, que necesitan bastones, muletas o en silla de rueda, y también a las familias con bebés y carritos. Las ambulancias también tienen problemas para pasar en las zonas en las que los coches ocupan la calzada.

La otra opción es aparcar en el parking privado, con una de las tarifas más elevadas de la ciudad, para un público cautivo. Los usuarios piden que se busquen soluciones, ya sea con una ampliación de plazas, o con un nuevo aparcamiento en las inmediaciones.