Cuando los relojes "marcaban el ritmo de la ciudad" y A Coruña y Madrid las separaba 19 minutos y 20 segundos

A Coruña

El tiempo ha cambiado. Cada mañana nos despierta el sonido del móvil pero en algún momento fue un reloj de cuco o unas campanadas. En 2023 las ciudades aún reflejan la pisada del tiempo. Un paseo por el casco antiguo puede recordarnos al siglo XVI, XVII o XVIII, todo depende de por dónde transiten nuestros zapatos. Es habitual que al levantar la cabeza encontremos uno de esos relojes históricos que adornan palacios municipales, escuelas o a monumentos de la ciudad.

En A Coruña existen siete relojes propiedad del Ayuntamiento con una historia comprendida entre 1844 y 1994: el del Edificio del Consulado, Instituto Eusebio da Guarda, Obelisco, el reloj de la torre central del Palacio Municipal de María Pita, el del convento de las Capuchinas, Jardines de Méndez Núñez y el del parque de As Lagoas; por orden de creación. Durante el mandato actual el Gobierno ha impulsado la restauración y puesta a punto de algunos de ellos. Por ahora podemos contar María Pita, el Obelisco, el Eusebio da Guarda y los Jardínes de Méndez Núñez.

David Rodríguez es el relojero de la ciudad. Ha puesto a punto los ya citados. Su próximo reto espera que sea el de As Lagoas, un ejemplar que el Gobierno ha anunciado que restaurará. Cuenta Rodríguez que primero irán las piezas exteriores y que, si tiene suerte, será él el encargado de meter mano al mecanismo interior.

Por ahora el relojero de Nemesio es el encargado del mantenimiento de los relojes en funcionamiento. Cuenta que "todos son un reto porque nunca sabes lo que te vas a encontrar hasta que los abre". Muesta una nostálgia especial pero acertada cuando dice que "marcaban el ritmo de la ciudad" en aquellos años en los que un reloj no estaba al alcance de cualquiera. Tras devolver en 2021 las campanas a María Pita cuenta como muchos vecinos visitan su taller, muy próximo la plaza, para darle las gracias por recuperar el "tic-tac" de su infancia.

Su último trabajo ha sido el del Eusebio da Guarda. Un rejol de origen francés que comparte fabricante con el del Obelisco, monumento construido en honor a Linares Rivas en 1895. En la época Madrid y A Coruña no solo las separaban casi 500 kilómetros, también 19 minutos y 20 segundos. Lo relata el periodista Rubén Ventureira que aclara que al comienzo de su historia dos esferasa del Obelisco daban la hora de Madrid y las otras dos las de A Coruña. Un detalle que cobra importancia al saber que allí desembarcaba la ferrocarrilana que unía A Coruña y Santiago.

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En la provincia existen cientos de relojes históricos. En Pontedeume la hora la marca el reloj del ayuntamiento. El original databa del siglo XVII pero en un accidente durante una de las restauraciones del edificio se perdió la maquinaria original. Las piezas fueron sustuidas por las de un ejemplar más moderno aunque conserva piezas cercanas a 1600 como sus dos campanas. El alcalde Bernardo Fernández aclara como una de ellas, la más pequeña, se tocaba para avisar de fenómenos meteorológicos adversos. "De aquela non existía Meteosat", ironiza.

En Mugardos el tiempo se paró hace año, exactamente en el mismo momento en el que lo hicieron las agujas de la Casa del Reloj. El edificio se construyó entorno a 1960 para funcionar como una estación de pasajeros de la lancha de Mugardos, según explica el alcalde Juan Domínguez Deus,pero nunca llegó a usarse para ese fin. Ahora el Ayuntamiento negocia con la Xunta para su cambio de titularidad. Un proceso que se dilatará aún más en el tiempo ya que, explica Reus, "hay asuntos más urgentes" pero, aclara, no renunciarán a la Casa del Reloj.