Las Meninas de Canido, un fenómeno artístico y social que no tiene techo

Ferrol

Del despacho del rey, a inundar las calles del barrio de Canido. Diego Velázquez, pintor del rey Felipe IV, nunca pudo imaginar la repercusión y la evolución que llegaría a tener su cuadro de 'Las Meninas'. Y es que cientos de versiones de este retrato de la familia real y de su cortejo visten las paredes de los edificios del barrio alto de Ferrol, que se ha convertido en un museo al aire libre.

Probablemente, sea la obra de arte más replicada. Algo que resulta curioso si tenemos en cuenta que estuvo casi dos siglos a buen recaudo, alejada de los ojos del público, en el más estricto ámbito privado del palacio real. Fue a partir de la fundación del Museo del Prado, en 1819, cuando el cuadro pudo ser contemplado en público y copiado por estudiosos y artistas.

Algunos años más tarde, en 2008, Eduardo Hermida y su hija Estela eligieron esta obra para aliviar la tristeza del barrio ferrolano y dar un toque de color a las paredes deterioradas de sus edificios abandonados. A partir de ahí, nació un fenómeno artístico y social. 'Las Meninas de Canido' no han dejado de crecer y de evolucionar, convirtiéndose en un referente nacional de arte urbano. Un festival en el que sigue primando la intervención artística, pero que ha sabido incorporar también la música, la fotografía y la artesanía, entre otros.

El primer fin de semana de septiembre Canido se convierte en un hervidero de gente. El público respalda, edición tras edición, una cita marcada en rojo en el calendario de ferrolanos y visitantes. Son tres jornadas de auténtica fiesta en la calle con pinceles, brochas y pintura en cada esquina del barrio. Artistas y público comparten charlas y reflexiones ante las obras a las que pincelada a pincelada van dando forma.

Algunos artistas incluso empiezan una semana antes sus creaciones. Es el caso de los murales de gran formato que ocupan laterales de edificios de varias alturas. Aupados por grúas, los artistas trabajan de forma incansable durante varias jornadas en obras delicadamente elaboradas. Uno de ellos es eel grafitero Sfhir, que se ha convertido en uno de los habituales de Las Meninas de Canido. Cada año, el público espera ansioso su propuesta artística de gran formato y él valora especialmente el vínculo que el festival ha conseguido crear entre los propios artistas y también con los vecinos y vecinas de Canido.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Todas las obras de Las Meninas de Canido, grandes y pequeñas, tiene en común esa inspiración en el cuadro de Velázquez. La infanta Margarita es el personaje más recreado y protagonizaba, junto al perro de compañía, una de las piezas más apreciadas de todas las ediciones del festival. Una obra de gran formado donde también se podía percibir una figura más pequeña de Velázquez. Y hablamos en pasado porque ese gran mural ya no existe. Y es que el arte de las Meninas de Canido es arte efímero. El mural desapareció por los trabajos realizados en esa fachada para conservar el edificio.

El objetivo de las Meninas de Canido es precisamente ese, aunque suponga despedirse de obras de arte que decoran el barrio. Frenar el deterioro para dar paso a una revitalización urbanística y social, a un barrio cuidado y mimado.

Desde la Asociación Veciñal de Canido consideran que las Meninas forma parte de la identidad del barrio y han sumado atractivo turístico a la ciudad. Durante la celebración de la cita, miles de personas pasean por Canido, se toman algo en sus locales de hostelería, echan horas y horas contemplando las pinturas y disfrutan de la música y la fiesta. Pero una vez finalizado el festival, cada vez más gente se anima a recorrer la zona para descubrir con calma a las nuevas vecinas de Canido

El atractivo de Las Meninas de Canido ha seducido incluso al Consejo de Europa, que incluye esta iniciativa dentro de los Itinerarios Impresionistas en la categoría de Creación en la calle.