¿Por qué recuperar el olfato es más fácil si es una secuela del Covid-19 y no de un traumatismo?

Lugo

La vista, el olfato, el gusto, el tacto o el oído...¿Sin qué sentido preferirían vivir? Lo raro sería poder escoger, muchas personas conviven sin uno o varios de los sentidos y el 27 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Anosmia.

La anosmia consiste en la pérdida total, o parcial del sentido del olfato, de manera temporal o permanente. Es la incapacidad para distinguir, percibir y disfrutar los olores de diversa índole.

Según el profesor de anatomía de la USC, Pablo Sánchez, nos explica que esto "puede suceder de forma repentina: un golpe, una fractura en la cavidad nasal, secuela de COVID-19... de un día para otro un paciente puede dejar de oler de un momento para otro".

Vivir sin olfato "es un cambio total y muy intenso". El olfato, dice el experto, es, quizás, uno de los sentidos menos valorados "porque no es tan vital como la vida o el oído, digamos, pero es fundamental para mantener nuestra identidad en el mundo", explica.

Sánchez indica que, a parte de para prevenirnos de ciertos riesgos "como la comida que esté en mal estado o beber un líquido dañino para nuestro organismo", el olor es una parte fundamental de nuestras relaciones personales.

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El experto pone como ejemplo un estudio que "demuestra que cada vez que damos la mano, a los pocos segundos nos la olemos. Inconscientemente en muchos casos, pero nos la llevamos a la nariz porque los olores nos transmiten información sobre la otra persona", aclara.

Las personas anósmicas no pueden percibir ningún tipo de olor y se estima que 1 de cada 8 individuos pueden tener cierta pérdida de olfato a lo largo de su vida.

Recuperar el olfato depende de cada caso. El profesor nos explica que "al igual que los humanos lo tienen en menor consideración, la ciencia lo ha tenido más aparcado. Es cierto que en las últimas décadas y con la llegada de la pandemia ha cobrado mayor protagonismo, pero no se ha llegado a tratar en profundidad el problema", apunta.

En muchos casos no hay solución "y la gente tiene que vivir siempre sin olfato", pero con los casos que se derivan del Covid-19 "si vemos que hay una recuperación porque no se dañan los receptores olfativos, son las células que les rodean", aclara.