Ana Sandamil pide "perdón" por el crimen de su hija Desirée
Las acusaciones piden que sea condenada a prisión permanente revisable
Lugo
Una semana después de iniciado el juicio en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Lugo, Ana Sandamil ha pedido “perdón”, en su último turno de palabra ante el jurado y el tribunal, al tiempo que aseguraba que su “intención” no fue hacer daño a su hija Desirée.
Más de dos horas de conclusiones que se elevaron a definitivas, hasta que concluía este segundo juicio contra Sandamil, y donde todas las acusaciones se volcaron en demostrar que estaba en su sano juicio, en tanto que la defensa se desgañitaba por poner de manifiesto que en el momento del crimen tenía “alteradas” sus “facultades mentales”.
Todas las acusaciones quieren que se la condene a prisión permanente revisable, la fiscalía dirigiéndose al jurado les dijo que “no busquen sentido”, al crimen, “no lo tiene, tal vez fue por maldad”.
También afeaba que le “falta un perdón a su padre” y, seguidamente, proclamaba que “una monstruidad como esta no puede quedar impune”.
El abogado del padre ha emplazado al tribunal a que “juzguen a Ana Sandamil por lo que hizo en su día, en que no tenía sus facultades alteradas”, recordando que a la niña, de siete años, “le apretaron el cuello y le taparon la nariz”.
La acusación popular, que lleva Amigos de Galicia, se apoyaba en que la “maldad existe” y sostenía que “no porque una madre mate a un hijo eso quiere decir que está mal de la cabeza”.
La defensa de Sandamil ha esgrimido que el crimen “no fue deliberado, ni voluntario” y apeló a la sintomatología “psicótica” que presentaba la madre, por lo tanto “había un problema serio de salud mental”, justificaba.
El padre, José Manuel Leal, no creía el “perdón” que trasladaba Ana Sandamil, “es como si no lo hubiera oído, porque es una asesina”, completaba la respuesta a la espera que su ex pareja sea condenada a la prisión permanente revisable.
El tres de mayo de 2019 aparecía el cadáver de la niña, con signos de haber sido asfixiada, en la casa de la madre en Muimenta en el concello de Cospeito. Ahora habrá que esperar al dictamen del jurado popular.