Hora 14 Vigo
Sociedad
IIM-CSIC

El Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC celebra el tratado de sostenibilidad marina de la ONU

La aprobación del tratado de conservación de la biodiversidad ha sido aplaudido por las organizaciones ecologistas

La aprobación del tratado de conservación y uso sostenible de la biodiversidad marina fuera de áreas bajo jurisdicción nacional aprobado el pasado fin de semana por la ONU ha sido recibida, en general, con alborozo por organizaciones ecologistas, marinas, y de defensa ambiental en todo el mundo, también en Vigo, donde se encuentra la sede del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC.

“Veremos cómo se implementa pero yo soy optimista porque veo un avance brutal, una aceleración en cosas que estaban paradas porque no había coordinación, pero con la declaración del Decenio de los Océanos (2021-2030) por parte de la ONU hay coordinación, grupos de trabajo, y vamos a una velocidad increíble”, ha dicho a María López Acosta, investigadora del Grupo Procesos Oceánicos en Cambio Global del IIM-CSIC.

“Hay países que ya han firmado que tendrán protegido el 30 por ciento de las aguas en 2030, pero otros hablan ya de 2025”, afirma, no sin cierta cautela.

“Porque ahora hay que implementar y luego tiene que haber una conservación efectiva, una cosa es decir que se protege y otra que esté protegido de verdad y no se hace un uso de los recursos indebido”, explica.

Básicamente, gracias al tratado se regularán por primera vez una serie de aspectos a nivel mundial para frenar el declive de la biodiversidad marina fuera de áreas bajo jurisdicción nacional lo que permitirá crear áreas marinas protegidas en aguas internacionales y cumplir el objetivo de protección de al menos el 30 por ciento del océano para 2030, que es el mínimo establecido por los expertos para revertir la dramática pérdida de biodiversidad marina.

“Por eso la valoración es positiva; porque se llevaba negociando informalmente casi 20 años y formalmente más de dos, y este tratado pone las bases para una protección efectiva de aguas marinas que no pertenecen a los países”, explica López Acosta, que aspira a ver usos coordinados y bajo principios de equidad de los recursos de esas aguas oceánicas.

Claro que “si se queda en esto se queda prácticamente igual”, advierte, por lo que es necesario que ahora todos los países de la ONU lo incorporen a sus legislaciones de manera que se pueda denunciar en caso de que alguno se salte el tratado.

Según López Acosta, el planeta está en “un momento crítico y estratégico” respecto a la protección de los océanos no sólo por lo que nos aporta en biodiversidad, materia prima o alimento, cuya abundancia peligra, “sino porque juega un papel fundamental en la regulación del clima”.

Con este tratado se regularán también los recursos genéticos marinos, que ha sido “el punto más polémico” y en cuya redacción “podría llegar a haber alguna vaguedad” que con seguridad implicará alguna modificación del texto, pero no deja de ser el documento más específico hasta la fecha, añade.

Los océanos, además de pesqueros, guardan recursos de interés biotecnológico, genético o mineral muy golosos para muchos sectores y empresas pero a los que ni todos los países tienen las mismas posibilidades de acceder ni es deseable un acceso incontrolado, pero “ahora se establecen las bases para que esos recursos se usen de manera justa entre todos los países”

“Que haya un texto común como este que establece normas y principios ya es un paso; claro que al final todo eso hay que implementarlo; ya veremos”, añade López Acosta para mostrar una vez más esa cautela consciente, por ejemplo, de los recursos mineros que esconde el océano profundo y que no hay en tierra y cuya extracción es “altamente contaminante”.