Fernando Barroso, siempre con raíces y música en la tierra, regresa con "Man"

Ferrol

Doctorado en Química y músico a un tiempo, Fernando Barroso (Ferrol, 1979) ahonda con "Man" en el camino ya trazado con proyectos previos, caso de "Xograr", para exhibir su pasión por la música de raíz y su mestizaje con culturas y estilos de otros países, por muy lejanos que parezcan.

Charla el autor en la semana del lanzamiento de su trabajo, en el que ve "una evolución para mejorar y afianzar algunas cosas", como la colaboración con la banda con la que inició periplo en 2020 con motivo de su disco anterior.

Salen a relucir colaboraciones con artistas de Portugal o Mozambique tras un proceso dominado por la "calma" y una imagen principal del álbum, una gran mano plagada de colorido, inspirada por su pequeña hija.

"Apareció con pintura en un papel y me vino un flash, vi la portada de mi próximo disco; tiene sentido porque lo que hacemos es muy artesanal, hecho a mano", expresa Barroso, que aboga por "tener la mano en la tierra, agarrando las raíces".

Estudioso de la mandolina o el buzuki, se aferra a esos instrumentos tradicionales en una carrera que demora "más el proceso de producción; los arreglos, los detalles", porque lo de componer es otro cantar: "No hay un método concreto, muchas veces estoy horas y no fluye".

Cuestión de "paciencia y ganas", resalta el músico, que tiene disponible "Man" desde este jueves en todas las plataformas digitales, aunque también se está vendiendo a través de su página web y de sus cuentas en redes sociales.

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"La distribución en tiendas va a ser anecdótica, lo vamos a mover nosotros; es una realidad", indica Fernando Barroso sobre el momento que vive la venta de discos ante la vorágine digital.

Eso sí, con particulares regresos al pasado, como la nueva ola del vinilo, y el valor de los trabajos que nacen del peso de la experiencia, como le ocurre a él: "El poso que queda es más grande a medida que voy conociendo cosas nuevas, los años haciendo folk se notan".

Ha ido sumando "nuevas referencias", ha conocido a otros colaboradores e incorpora a su repertorio desde una "fábula africana infantil" a otros "cambios de perspectiva" bajo el paraguas de la World Music o músicas del mundo.

"Me gusta músicas de raíz, echamos mano de lo que tenemos; tengo un montón de instrumentos", enfatiza Barroso, que va "sacando el sonido" y percibe la experiencia "como si se estuviese contando la vida" a base de acordes.

Y hay un hilo argumental en "Man", mano en castellano, porque se transita de un "tema que habla de infancia a uno de la vejez" en un "disco con una música que me permite vida y los pies en la tierra".

Días después de su último concierto, exceptuando dos fechas ya comprometidas en el corto plazo en Lisboa, su regreso a los escenarios se hará de rogar hasta el verano: "Cuando estás cerrado dos o tres meses con todo el proceso, quieres empezar a andar otra vez".