Ocio y cultura

Miguelanxo Prado: "Con un presupuesto congelado de 120.000 euros el modelo 'Viñetas' no es posible"

El director del Salón del Cómic atribuye su renuncia a los recortes económicos en los últimos 15 años que le han llevado a una situación límite

A Coruña

El director de Viñetas dende O Atlántico en los últimos 25 años, Miguelanxo Prado, ha explicado hoy los motivos de su sorpresiva renuncia. Una renuncia que ya había adoptado en junio del año pasado y que ha comunicado en los últimos días a la alcaldesa, Inés Rey. Los sucesivos recortes económicos en los últimos 15 años, por parte de los distintos Gobiernos municipales, le han llevado a una situación que ha calificado de "límite". Recortes, por ejemplo, en la remuneración, estancia o viajes de primeras figuras invitadas a un Salón del Cómic con un presupuesto congelado de 120.000 euros desde hace años. Es, ha afirmado, un problema de defensa de un modelo de Viñetas cultural, público y de calidad.

Prado afirma que no es una decisión precipitada ni un problema personal sino estructural. El Salón del Cómic es comparable a grandes conciertos y exposiciones que han albergado la ciudad. "La gente que tuvimos en Viñetas no está por debajo de un Miquel Barceló", ha comentado en su reivindicación del respaldo económico por parte del Concello que no ha tenido en los últimos 15 años. Para Prado, todos los gobiernos municipales han tenido su parte en este proceso, iniciado con el PP que, según ha explicado, le planteó privatizar Viñetas.

En relación al Gobierno local actual, entiende que es un problema de diagnóstico y que sus quejas en el Palacio de María Pita o no llegaron a oídos de la alcaldesa y concejala de cultura, Inés Rey, o si lo hicieron no se han tenido en cuenta.

El Concello señaló ayer que la celebración de Viñetas dende O Atlántico está garantizado para este verano "con nuevo impulso y nueva dirección". MiguelAnxo Prado responde que si se mantienen las mismas reglas de juego, el modelo Viñetas "no es posible".

En una rueda de prensa, Prado ha asegurado que aceptó impulsar y dirigir Viñetas hace 25 años, cuando se lo propuso Francisco Vázquez -lector y coleccionista de cómics- con una serie de condiciones.

Una era "hacer de Viñetas un evento de carácter cultural institucional, gratuito, para toda la ciudadanía y con una programación que satisficiera a un amplio sector del público y no un salón especializado" y otra era la posibilidad de "diseñar un sistema de acogida que solucionase los puntos negros" que él sufría como autor y que todo el mundo quisiese participar en el festival.

También era imprescindible el buen trato a los materiales cedidos por los autores y, además, buscaba que "esa programación y que todos esos servicios que los artistas fuesen a prestar durante ese tiempo estuviesen remunerados dignamente".

Fueron unas metas que logró durante más de diez años, pero cuando cambió el Gobierno local de A Coruña y entró el PPdeG de Carlos Negreira empezaron "a aparecer banderas rojas" e incluso le planteó privatizar el evento, si bien las limitaciones económicas continuaron posteriormente con Ejecutivos de Marea Atlántica y ahora de nuevo con el PSdeG.

"Lo que aquí tuvimos fue lo mejor de lo mejor del mundo. Todo eso no lo podíamos pagar materialmente, pero teníamos que tener, por lo menos, una relación digna", ha detallado.

A pesar de que "el éxito del festival y de la fórmula es incuestionable", el presupuesto del evento está congelado desde hace años en 120.000 euros, lo que lo ha llevado a "una situación límite" para una programación de un mes de exposiciones y de una semana con autores de primer nivel internacional que tenían que llevar "a comer al menú del día".

"Durante años fui esperando. Intentamos, de cara al público, que todos esos problemas no se notasen. Tenía que escoger, o hacíamos nueva figura, o renunciábamos a dos exposiciones y dos autores, por lo que decidí que primaba el contenido frente al envoltorio", ha proseguido.

Pero Prado dice que había numerosas reticencias y le decían que la normativa local impedía cuestiones como la continuidad del gabinete de prensa, la elaboración de la web o la visita de los autores al Pórtico de la Gloria.

"Me decían que no se les podía pagar el autobús, pero yo les veía las caras a los americanos cuando veían el Pórtico de la Gloria y luego las redes sociales echaban humo", ha dicho.

Defiende por tanto una cultura pública que complemente a la privada y espera que su renuncia sea "un último acto de servicio público que sirva para poner encima de la mesa un debate".

"No estoy cansado, no estoy agotado, no me falta ilusión, no creo que el modelo esté agotado. Simplemente que, con las reglas de juego que nos ponen encima de la mesa, Viñetas no es posible, podemos hacer otro festival, pero si Viñetas fue lo que fue, fue precisamente por la apuesta diferenciada", ha dicho.

Está "fastidiado" tras una "decisión muy dolorosa" que ya tomó en junio del año pasado, aunque quiso esperar a dejar terminada y pagada la edición 25 del evento.

Lo que le "duele" es no haber conseguido durante estos 25 años que A Coruña tenga un museo nacional del cómic y extender la actividad de Viñetas al resto del año.

 
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