Dos abrazos que impulsaron al Deportivo

A Coruña

Pocos gestos demuestran más afecto que un abrazo. A veces, sus efectos se multiplican cuando van acompañados de sensaciones como la angustia o la tensión. Hoy, en Coruña Deportiva, hemos querido seguir recordando a la leyenda de Arsenio Iglesias. Lo hemos hecho con dos futbolistas que han compartido con el de Arteixo dos momentos que han pasado a la historia del club. Porque posiblemente no habría Superdepor sin el gol de Vicente Celeiro que evitó ante el Racing de Santander la caída a Segunda B en la 87-88. Seguramente tampoco lo habría si los blanquiazules se hubiesen caído de la Primera División en la promoción del 92 ante el Betis, en el partido del célebre "¡¡Qué alegría!!, ¡¡Cuánto sufrimos, Martín (Lasarte)!!". Y en esos dos capítulos de la historia blanquiazul, Arsenio se abrazó a ellos como muestra de todo lo que habían padecido juntos. Porque así es como se pasan las galernas: juntos.

Ante el Betis, el Deportivo salva los muebles en la promoción Gana 2-1 en Riazor y en la vuelta empata sin goles en el Villamarín, agarrándose con uñas y dientes a una Primera División a la que tanto le había costado retornar. Arsenio aguanta en la banda estoicamente durante todo el partido pero en cuanto el árbitro pita el final los sentimientos se desatan. Sobre el césped, el míster se abraza a Martín Lasarte y en esa imagen surge una de las frases más célebres del de Arteixo. ¡¡Cuánto sufrimos, Martín!!". El uruguayo recuerda aquel momento de un técnico que destacaba por saber "guardar las emociones, intentaba dar imagen de tranquilidad. Yo después como entrenador entendí esa sensación digamos... suelta. Con el tiempo conocí mejor al verdadero Arsenio. Comprendí la carga que llevaba a diario" reconoce un Martín Lasarte que luego seguiría sus pasos en los banquillos.

En lo de sufrir tenía callo Arsenio. En la temporada 87-88 dirigía un Dépor que tuvo que esperar al minuto 92 para que Vicente Celeiro marcase un gol al Racing de Santander con el que los coruñeses esquivaban la caída a la Segunda B. Un descenso que, posiblmente, hubiese provocado la disolución de un club con una economía sujetada por alfileres. Vicente Celeiro marca, el Dépor sigue con vida y consciente de la catástrofe que acababan de evitar, Arsenio se abraza al delantero como un náufrago se agarra a un salvavidas. Una imagen que mezcla ansiedad, angustia, nervios y un cariño infinito. "Hay imágenes que lo dicen todo y son muy emotivas. Esa abrazándome con Arsenio y con la prensa encima... es preciosa. Estos días en homenaje al míster me gusta recordarlo" confiesa Vicente Celeiro.

Ambos ex futbolistas han recordado hoy una de las cualidades que convertían al de Arteixo en un técnico diferente: su capacidad para regalar dosis de realidad a los que le rodeaban. "Te ponía los pies en el suelo. Si te veía crecido te recordaba quién eres y dónde jugábamos. Nos decía que al salir del Puente del Pasaje no nos conocía ni dios y era cierto" rememora Vicente Celeiro. Lecciones muy necesarias, porque para Martín Lasarte "a veces los triunfos o el halago de la gente te podía llevar a un lugar que no era real y Arsenio tenía esa cualidad de ponerte en tu sitio. Sin oratoria prolongada o sin palabras rimbombantes era capaz de ser entendible con una palabra o un gesto".

Técnico clásico y defensivo

Los clichés y las etiquetas impuestas son una cruz que los personajes públicos cargan en ocasiones sin haber base alguna detrás. La de Arsenio como técnico defensivo es una que tanto Martín Lasarte como Vicente Celeiro han coincidido en romper. "Hay una portería que defender y una que atacar. Depende de los futbolistas que tienes. A veces la mitad de los futbolistas que ponía eran de corte ofensivo. En otros no, manejaba muy bien eso. Era su cota de equilibrio" explica Martín Lasarte. Un faceta del técnico que Vicente Celeiro completa con la del entrenador que incluía dinámicas novedosas en el trabajo diario. "Era muy amigo del día anterior ordenar al equipo. Ponerlo en el campo y moverse con el balón (para ordenar los movimientos). Yo eso no lo había visto" describe el delantero.

Ejercicios, charlas, ruedas de prensa... todo lo que salía de Arsenio Iglesias eran grandes dosis de sentido común sin la parafernalia que, en ocasiones, envuelve al fútbol actual. Mensajes directos en idioma de la calle que se alejaban de la palabrería barroca que demasiadas veces tiene como única intención vender el producto. "Todo es más simple que lo que vemos a veces en el fútbol profesional" reconoce Vicente Celeiro. "Ese recuerdo y todo lo dicho de buen entrenador, buen amigo, de gente sana, es así" concluye Vicente.

Decía Alfredo Pérez Rubalcaba que "en España se entierra muy bien" en referencia a las loas que se regalan a los que emprenden su último viaje. En el caso de Arsenio Iglesias se le ha despedido de la única manera posible, porque cuando uno transita por la vida como lo hizo el de Arteixo, es imposible recoger ninguna tempestad.