Experta en gestión económica y con formación en el área política y de administración, María Rozas se enfrenta al reto de lograr mantener la representación de Compostela Aberta en la corporación compostelana, tras dos cambios en la portavocía del grupo municipal y la marcha de quien era el referente del partido, Martiño Noriega. La candidata asumió el relevo y ahora confía en poder ser clave de gobierno, aunque cuenta con una dificultad: ser una desconocida para la mitad de la población, según las encuestas preelectorales. «Picheleira, entre Vidán e o Ensanche. Nai de dúas.» Así se presenta María Rozas en sus perfiles en redes. Política aparte, deja claro qué es lo que la define. A sus dos hijas, de 8 y 3 años, y su perra Mancha, de 16, dedica su tiempo libre. La reivindicación de ese tiempo para conciliar y los espacios para hacerlo articulan uno de los ejes de su programa. El concepto de «ciudad cuidadora», que Compostela Aberta plantea desde hace años, pasa por un plan de canguraje, reforzar los programas de conciliación y la dotación de espacios para las familias, entre otras medidas. A pesar de su gusto por viajar, Rozas (1981) ha estado siempre muy vinculada a Santiago y también su carrera política. En 2015 entró por primera vez en la corporación como parte del equipo de gobierno de Compostela Aberta, siendo una de sus figuras destacadas. Estuvo cuatro años al frente de Economía y Hacienda, área a la que intentó imprimir, más allá de la gestión diaria, un enfoque de transparencia y participación ciudadana. Pero es imposible entender su trayectoria y su propuesta política sin tener en cuenta su formación académica ni su papel activo en el feminismo, además de haber sido voluntaria en varias ONGDs. Su propuesta se basa en la participación ciudadana, la sostenibilidad y la justicia social. Rozas hace un especial hincapié en medidas para mejorar el medio ambiente, implantar una movilidad y un modelo económico sostenible y garantizar el acceso a los servicios básicos. La política de vivienda asequible, el turismo sostenible, la recuperación y transformación de espacios urbanos y los planes de inclusión social son algunos de los pilares de su proyecto. Tras el batacazo en las elecciones de 2019, el nombre de María Rozas comenzó a sonar como uno de los posibles relevos para Noriega, una vez que éste dejó claro que no agotaría la legislatura en la oposición. La transición pasó primero por Marta Lois (vinculada al proyecto «Sumar» de Yolanda Díaz), lo que ha restado a Rozas tiempo para ganar liderazgo de cara a la ciudadanía. De hecho, según las encuestas electorales, el 49 % de los compostelanos no la conoce. Rozas lleva sólo unos meses como portavoz, pero ha asumido el relevo con «orgullo y responsabilidad», siempre desde la defensa del trabajo realizado por Compostela Aberta, primero en el ejecutivo local y después en el papel de oposición. A diferencia de lo ocurrido hace cuatro años, su elección como candidata y la conformación de su candidatura transcurrió sin sobresaltos -que trascendieran, al menos-. Una «lista de mujeres», como ella misma la definió, renovada y que representa la pluralidad de la formación. Es Licenciada en Ciencias Políticas por la USC, cuenta con un Máster en Estrategias y políticas para el Desarrollo por el Instituto HEGOA y tiene experiencia en la consultora T-Systems. No se le pueden negar la preparación, los conocimientos, los 8 años de experiencia municipal ni el compromiso. La duda es si logrará trasladar un mensaje claro que vuelva a ilusionar y colocarse como un perfil fuerte capaz de retener al electorado.