Campaña electoral: ¿Pensada para los ciudadanos o para los partidos?

A Coruña

La madrugada del viernes comenzaba la campaña electoral. Un lapso de tiempo que apasiona a algunos y que aborrece a otros. Durante los próximos trece días las farolas, marquesinas y paredes de los concellos gallegos estarán abarrotadas de caras conocidas y de otras no tan reconocibles. Son las candidatas y candidatos de los diferentes partidos políticos dándose a conocer. A pie de calle la gente lo nota.

La campaña electoral es un proceso lleno de estímulos. A veces, tantos que hacen que la ciudadanía olvide su razón de ser. Hoy abordamos para qué sirve la antesala a la noche electoral, esa en la que podemos decidir el futuro de lo que puede ser, o no ser, nuestra ciudad y su entorno.

La campaña dura 15 días. La Ley del Régimen Electoral la describe como "el conjunto de actividades lícitas llevadas a cabo por candidatos, partidos y federaciones, coaliciones o agrupaciones en orden a la captación de sufragios". Para la politóloga María Pereira, miembro del equipo de Investigaciones Políticas de la USC, la campaña electoral se resumen dos ideas: movilizar el voto e informar de los proyectos políticos de cada partido.

Paulo López, también investigador en la USC, defiende los comicios como un proceso clave para los partidos. "Permite confrontar ideas, actualizar os programas electorais, pensar o concello e pensar as políticas públicas a longo e curto prazo", asegura.

La ciudadanía es el objetivo. La campaña tiene como fin dar a conocer el proyecto de las formaciones, movilizar a militancia y simpatizantes y renovar liderazgos a nivel político. Para María Pereira las elecciones locales no sólo marcarán los gobiernos de cada ayuntamiento, también determinarán el tono de las elecciones generales. Un clima político que tanto ella como Paulo López etiquetan como "campañas permanentes".

El lenguaje de cada partido político es clave. Paulo López explica que a nivel político hay varias estrategias: la temática, la ideológia y la personal. Las tres se diferencian por los ejes que las vertebran. La primera elige una cuestión clave para el partido, por ejemplo la defensa de la sanidad pública, y la convierte en bandera. La segunda apela al sentimiento y valores políticos de cada persona, es el caso de la diferencia entre derecha e izquierda. Finalmente, la personal pone en el centro al candidato y su liderazgo. Todo ello para atraer a los votantes a los colegios y centros cívicos en las consideradas como "elecciones de primera orden" en Galicia.

En quince días la ciudadanía se citará con las urnas. Un gesto que, pese a su sencillez, marca las bases de la democracia y permite a los ciudadanos decidir el modelo de ciudad por el que apuestan.

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