El jurado popular declara culpable al vigués que acuchilló a su mujer en Tenerife
Consideran que cometió el crimen con alevosía y piden para él agravante de parentesco y de violencia de género
El hombre acusado de matar a su mujer en mayo de 2021, durante el juicio. EFE/Miguel Barreto / Miguel Barreto (EFE)
El jurado popular que durante esta semana ha participado en el juicio al vigués acusado de acabar con la vida de su esposa en mayo del año pasado en Los Cristianos, al sur de Tenerife, lo ha declarado este viernes 12 culpable de asesinato y ha considerado que cometió el crimen con alevosía sin que la víctima tuviera posibilidades de defenderse.
El Jurado sostiene que se deben tener en cuenta para la imposición de la pena los agravantes de parentesco y de violencia de género. En concreto, se avala la versión de que la mujer estaba acostada cuando su marido la atacó, primero causándole numerosas heridas con unas tijeras en el cuello, que no resultaron mortales, y finalmente asestándole siete cuchilladas en el pulmón y corazón que acabaron con su vida.
Las acusaciones piden 22 años de cárcel, 10 de libertad vigilada y el pago de 100.000 euros, que la defensa de las hijas eleva a 112.000 a cada una de las hijas, mientras que la defensa cree que se le deben imponer 10 años de prisión y el pago de 31.800 euros a las hijas.
La Fiscalía pedía que se reconociera que actuó con alevosía y que se trataba de un episodio de violencia de género, como aceptó el jurado. Descartan que se tenga en cuenta que actuó enajenado y el atenuante de haber depositado 86.000 euros en el Juzgado para hacer frente a la responsabilidad civil al concluir que ese dinero no fue aportado voluntariamente sino por orden del Juzgado.
El jurado también basó su veredicto en los informes periciales que venían a avalar el relato de la Fiscalía sobre cómo se produjo el asesinato. Según los expertos, el hombre sufría de un trastorno paranoide que se plasmaba en ser narcisista, suspicaz, desconfiado además de tener rasgos de misógino y ser propenso a arrebatos violentos pero todos coincidieron en que estos rasgos de la personalidad en ningún momento implican que no sea capaz de poder controlarse y que sabía muy bien lo que estaba haciendo.
Las dos hijas del matrimonio también eran continuamente vejadas por los insultos del padre. Las dos hermanas relataron que los maltratos eran continuos y tenían que llamar a la policía nacional con frecuencia pero los agentes no podían hacer nada, ya que la mujer se negaba a presentar denuncias.
Durante su declaración el primer día el hombre negó que hubiese acuchillado a la mujer y sólo reconoció una de las siete heridas pero aseguró que se originó en la caída de ambos cuando estaban en el patio forcejeando
