En marcha el derribo de O Garañón

15 años después de que comenzasen las obras, el esqueleto del edifcio de O Garañón presidiendo las cuestas del Parque tiene los días contados. El proyecto, que en un principio se concebía como un complejo con cuatro bloques de pisos de ocho plantas y una zona verde, tuvo que afrontar desde sus inicios numerosos contratiempos y terminó por ser una pesadilla urbanística que trajo consigo una tormenta judicial y política de graves consecuencias.

Para cuando se aprobó el proyecto, en 2005, ya los vecinos clamaban por el daño paisajístico que ocasionaría en el lugar. La Asociación para a Defensa do Parque Rosalía llegó a presentar un recurso contencioso-administrativo que en realidad significó el inicio de la investigación judicial de toda una serie de presuntas irregularidades en la tramitación de O Garañón. La magistrada Pilar de Lara ordenó la paralización de las obras en 2010, apreciando entonces “indicios de prevaricación”. Así fue como el controvertido edifico terminó por llevarse por delante las carreras políticas de José Ramón Gómez Besteiro (concejal de Urbanismo entonces) y de Xosé López Orozco (alcalde). La jueza consideró que ambos intercedieron en la adjudicación a cambio de beneficios y favores del promotor. Ahora, años después, ambos políticos están libres de todas sus causas judiciales y la estructura del edificio tiene los días contados.

Derribar las torres costará más de medio millón de euros. Estos días han comenzado los trabajos previos a la gran demolición de la estructura. Se van a generar casi 38.000 metros cúbicos de escombros, en un espacio que se recuperará en la ciudad y que en poco tiempo se convertirá en un pulmón verde que tendrá conexión con el Parque Rosalía de Castro.