Rosende, Giménez y dos años de mucho movimiento

A Coruña

El nuevo intento frustrado de ascenso del Deportivo ha dejado las dos primeras víctimas en el camino: los secretarios técnicos Carlos Rosende y Juan Giménez. Ambos han cesado en sus funciones y el Deportivo ya busca inquilinos para una parcela deportiva que cobra especial relevancia en este momento del año, cuando toca construir un nuevo proyecto. En esa labor de arquitectura buscará tener un rol mayor que el de simple entrenador el actual técnico, Rubén de la Barrera. Rosende y Giménez ya son historia y cierran una etapa de dos años donde han dirigido 33 fichajes

Entrenadores

Es quizás el capítulo que ha restado más crédito a los ejecutivos. En su primer año apostaron por un Borja Jiménez que se quedó a un suspiro de conseguir el objetivo de la temporada. Fue un año irregular, con un segundo tramo de la temporada donde el equipo se cayó y acabó siendo superado por el Racing de Santander en el ascenso directo y por el Albacete en el play off. Se apostó por continuar el proyecto pero la confianza en el míster no era la misma y tras 7 jornadas acabó siendo destituido. La apuesta de Rosende y Giménez fue un Óscar Cano que les acabó arrastrando hasta la puerta de salida. El técnico granadino no llegó a conectar con la afición en ningún momento y tras un primer momento donde acercó al equipo a la primera plaza acabó siendo destituido ante el pobre rendimiento del plantel en el tramo decisivo de la temporada. Las reticencias de los secretarios técnicos a apoyar un relevo en el banquillo fueron su condena definitiva.

Bajas

La llegada de Rosende y Giménez al Deportivo no fue fácil. Su primera labor fue aligerar la carga salarial de un plantel que se había confeccionado pensando en pasearse por la categoría y acabó arrastrándose para evitar caer a Segunda Federación. El consejo de administración de Fernando Vidal, con David Villasuso encargado de las finanzas, dejó un regalo envenenado: las fichas de futbolistas como Bóveda, Borges, Uche Agbo, Beauvue o Rolán. La operación salida no fue fácil y condicionó las llegadas de esa temporada en la que el club se vio obligado a hacer un reseteo completo. Entre las salidas afrontadas por la secretaría técnica también hay otras más polémicas como las de Héctor Hernández o Miku, jugadores que dijeron adiós tras haber ofrecido un buen rendimiento durante la temporada.

Altas

La llegada de 33 futbolistas en cuatro mercados habla a las claras de la velocidad a la que se consume "el producto" en la categoría. Entre tantas llegadas ha habido fichajes que han ofrecido un gran rendimiento, futbolistas que han alternado momentos buenos con otros más oscuros y "estrellas" que han pasado por A Coruña sin dejar huella.

A lo largo de las dos campañas al frente de la política deportiva Rosende y Giménez han incorporado a futbolistas que han ofrecido un gran rendimiento como son los casos de Pablo Martínez, Juergen, Quiles, Soriano o Lucas Pérez. Con ellos también llegaron Svensson, Mackay y futbolistas que han alternado momentos dulces con otros más irregulares como Lapeña, Jaime, Antoñito o Rubén Díez.

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En el otro lado de balanza hay incorporaciones que no acabaron de ofrecer su mejor versión en A Coruña. Son los casos de Ibai Gómez (apuesta por un jugón que se marchó sin dejar muestras de su fútbol), Gorka Santamaría (goleador que tuve un papel testimonial durante la media temporada de estancia) o un Menudo que pasó de ser jugador franquicia a acabar despedido tras un episodio de indisciplina. Se depositó muchas esperanzas en jugadores bregados en la categoría que no pasaron de ofrecer un rendimiento gris como son los casos de De Vicente, Aguirre, Doncel, Raúl García, Olabe o Trigueros. Dejaron destellos de su fútbol pero que no llegaron a explotar los Calavera, William de Camargo, Isi Gómez, Kuki o Lebedenko. En otra categoría se pueden incluir los que han tenido poco tiempo (o prácticamente ninguno) para mostrarse y que poca gente recordará su paso por el Deportivo: Álvaro Rey, Saverio, Arturo, Pepe Sánchez o Reu son algunos ejemplos. Víctor Narro no triunfó en Coruña pero tendrá una segunda oportunidad tras brillar durante su cesión en el Atlético Baleares.