"Palabras libres para mujeres presas", la iniciativa de la Omix de Tomiño elegida como ejemplo de buenas prácticas por INJUVE
La propuesta es una de las cinco seleccionadas en toda España y se publicará en el Catálogo de Experiencias del Instituto
Todo empezó como una forma de expresarse y de mostrar la importancia de poder poder movernos libremente tras la pandemia. Este es el germen de la iniciativa piloto ‘Palabras libres para mujeres presas’, desarrollada por la Oficina municipal da Xuventude (Omix) del municipio pontevedrés de Tomiño. Su objetivo: promover el intercambio de cartas entre jóvenes y mujeres con reclusas del Centro Penitenciario de Cáceres.
Elisabeth Sánchez de Santiago, la responsable de la oficina, explica que "nació con mucha ilusión y también requirió mucho trabajo" ya que recuerda que se pusieron en contacto con diferentes Centros de Inserción Social de toda España y "muy pocos nos respondieron". Finalmente el sí llegó desde Cáceres "y la experiencia fue realmente fantástica".
INJUVE reconocer el trabajo Palabras libres para mujeres presas desarrollado por la OMIX de Tomiño
La sorpresa llegó cuando ‘Palabras libres para mujeres presas’ fue escogido por el Instituto de lana Juventud de España, INJUVE, como ejemplo de buenas prácticas y se publicará la iniciativa en el II Catálogo de Experiencias, que difunde a nivel estatal acciones, proyectos y programas destinados a la juventud en el ámbito local y regional.
La iniciativa fue uno de los cinco proyectos de exclusión social elegidos, junto con programas de las diputaciones de Barcelona y Valladolid y los ayuntamientos de Sant Joan d’Alacant y de Silla. De este modo, Injuve valora de forma muy positiva este programa de comunicación y reinserción social organizado por la OMIX de Tomiño con el que se lleva a cabo un intercambio de cartas entre jóvenes y mujeres tomiñesas con reclusas del Centro Penitenciario de Cáceres, "haciendo que las presas participantes puedan ver más allá de la prisión a través de los ojos de otras mujeres."
"Se establecieron lazos especiales. No sólo se intercambiaban historias, también se hacían llegar libros y algunas de las reclusas decidieron aprender a escribir y leer para poder participar", explica Elisabeth, quien anuncia que están trabajando para ampliar la iniciativa y ahora poder llevarla a práctica con el centro penitenciario de Cáceres y sus reclusas.
El proyecto busca promover un ejercicio de resiliencia para reducir los efectos negativos a nivel psicosocial de estar privada de libertad, trabajando a través del intercambio epistolar y de la lectura y de la escritura los juicios y perjuicios desde un punto de vista crítico a través de la creatividad, la comunicación y la literatura.