Santiago se protege contra el turismo incívico

Santiago de Compostela

El boom turístico que sigue viviendo Santiago de Compostela ha hecho actuar a las autoridades locales. El Gobierno municipal reacciona ante la sucesión de comportamientos incívicos por parte de algunos turistas, y ante el malestar entre los vecinos de las zonas más transitadas, y por eso ha puesto en marcha una campaña y un Código de Buenas Prácticas para concienciar a los turistas. Disfrutar de Compostela y de sus riquezas no es incompatible con el respeto a sus vecinos y al patrimonio.

Y es que, en un contexto en el que desde el Gobierno gallego no paran de destacarse los datos que siguen siendo de récord (a finales de mes de julio son más de 237 mil peregrinos con sus compostelas recogidas, un 9% más que el año pasado a estas alturas), lo cierto es que cada vez se están denunciando comportamientos incívicos de lo más llamativo. Hace unas semanas se viralizó una foto de un turismo que había pintado con tiza en el suelo de la plaza del Obradoiro los kilómetros que había recorrido; se han tenido que instalar carteles en el Pazo de Raxoi prohibiendo a los visitantes que se apoyen en las columnas del edificio. Pero, lo último, ha sido un camping gas protagonizado por un grupo en pleno corazón del Casco Histórico para calentarse una sopa. Unos comportamientos que se unen al ruido, la suciedad o el abarrote de la ciudad que irritan a los vecinos.

Por eso, el ejecutivo que encabeza la nacionalista Goretti Sanmartín presentó a las asociaciones de vecinos, comerciantes e instituciones de la ciudad un código con buenas prácticas para que los turistas respeten la ciudad y a sus habitantes. Un dodecálogo de recomendaciones que les hacen ver la importancia de reducir el ruido, respetar el descanso o participar de la cultura local, entre otras cuestiones.