La maleta de Doña Pepita devuelve cientos de recuerdos a Fraialde

Lugo

Las vueltas que da la vida. Ese tuvo que ser el pensamiento que inundó la cabeza de muchos de los vecinos y vecinas de la parroquia lucense de Fraialde. Pedro, un vecino que se está asentando en el lugar, estaba reformando su casa cuando se encontró con un maletín antiguo. Dentro, los recuerdos de una escuela por la que pasaron decenas de vecinos que todavía hoy viven en esta parroquia lucense.

A Pedro ya le habían comentado que la casa en la que estaba trabajando vivía la maestra Doña Pepita. "Me había dicho que una de las habitaciones era la que había sido de ella, pero lo que no me esperaba era encontrarme su maleta de recuerdos", cuenta.

Se escapó a la aldea porque "dedese siempre la huerta y las cosas que se hacen en el rural" le gustaron. Pero sobre todo por sus caballos. "Tengo caballos, me gustan y para poder estar con ellos pues te tienes que ir de la ciudad", argumenta.

Pedro no llegó hace mucho a Fraialde, pero al poco tiempo de asentarse decidió unirse a los más jóvenes del lugar y estudiar la posibilidad de dinamizar la vida social del vecindario. "Más o menos en enero constituimos las Asociación de Veciños e Veciñas de Fraialde y vamos haciendo cosas como recuperar la comida del patrón, que superó expectativas o este 'falaldoiro' con la maleta de protagonista", nos cuenta el tesorero José.

Encontraron esta caja de recuerdos a principios de año, pero José y Pedro decidieron mantenerlo en secreto para organizar una buena sorpresa a sus vecinos. Así, en el local que usan como punto de encuentro organizaron un coloquio titulado 'A maleta da mestra'.

Alrededor de una mesa descubrieron a los vecino aquellas joyas de juventud. Mari Carmen, que fue alumna de Doña Pepita, dice que fue "algo muy emocionante porque fue reencontrarse con cosas preciosas". Fotos de comunión, escritos para solicitar mejores en la escuela, cartas de alumnos...

"Uno de los momentos más emotivos fue ver que se conservaba la foto de boda de uno de los matrimonios más mayores de Fraialde. Ella sigue viva, María Argentina, es de las veteranas, pero él falleció y al verla se emocionó, claro".

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Las nuevas generaciones que llegan para dar vida a las aldeas son muy bien recibidas. Dice Mari Carmen que siempre miran por ellos, "por hacer cosas, fiestas...y siempre es de agradecer". Ellos, muy modestos, dicen que sin la buena respuesta de los lugareños sería inviable llevar a cabo estas reuniones que tan unidos les mantienen.

El rural se hace indispensable para que las sociedades avancen. Sin sector primario ninguno de los otros dos caminarán hacia adelante, pero reconocen que no es tan sencillo tomar la decisión de vivir en él.

"Somos de rural, pero para que la gente venga, que crezcan niños y niñas en las aldeas, es necesario que se inviertan en servicios. Internet, conexiones, mejoras de carreteras... ", reclama Pepe.

Mientras las instituciones se lo van pensando, ellos siguen a lo suyo. Disfrutando de hacer vida en comunidad y de aprender de las raíces de los que tanto tiempo llevan haciendo posible la convivencia en Fraialde.