Morriña, samba y emoción en el homenaje a Mauro Silva y Bebeto
Los brasileños han vuelto a pisar el césped de Riazor en la previa del Teresa Herrera
A Coruña
Mauro Silva y Bebeto llegaban a Coruña el verano de 1992. Debutaban en Riazor en un Teresa Herrera que enfrentaba al Depor con el F.C. Barcelona. Los blanquiazules caían por dos a uno en la semifinal del torneo, pero empataban a unos en el tercer y cuarto puesto contra Peñarol. Ese partido sirvió para ver el primer gol de Bebeto como deportivista. Más de 30 años después, exactamente 11.314 días, los que fueron ídolos del deportivismo han vuelto a pisar el césped de Riazor y de nuevo en un Teresa Herrera que el club organiza en su honor.
Mauro y Bebeto han pasado un día lleno de homenajes, empezaban por la mañana, muy cerca del estadio. Acompañados por Donato, los dos brasileños han realizado una ofrenda floral delante del busto de Arsenio Iglesias, mostrando sus respetos por el fallecimiento del que fuera su entrenador. Hasta allí se acercaron centenares de deportivistas, jóvenes y mayores, algunos ni siquiera los habían visto jugar, pero todos saben quienes son, lo que han hecho por el club y todos querían una foto con ellos.
Ya en el Estadio de Riazor, el Depor tenía varios homenajes preparados para ellos. El primero empezó el viernes, cuando se desveló la nueva equipación en su honor, hecha a semejanza de la que vistieron ambos durante el Mundial de 1994 que ganaron con Brasil. Es la camiseta que ha utilizado el equipo durante el partido contra el Red Bull Bragantino (club de formación de Mauro Silva) y que le ha regalado a ambos antes del encuentro.
Mauro y Bebeto han saltado una vez más al césped de Riazor, trajeados, sonrientes y emocionados. El Depor ha proyectado en los video marcadores un a recopilación de los mejores momentos de ambos vestidos de blanquiazul, tras el que han recibido una insignia de manos del Presidente del club, Álvaro García Diéguez y han dado una vuelta completa al campo mientras Riazor coreaba sus nombres, como ya hizo en aquellas noches mágicas de samba y color que ambos dejaron sobre el césped de Riazor. Depor y Bragantino les han hecho un pasillo antes de que Mauro y Bebeto cruzasen una última vez el umbral del túnel de vestuarios de la que fue su casa, con una última ovación de la grada y un último atisbo de morriña y emoción.
El partido
La previa del Teresa Herrera estuvo marcada por la emoción. Primero se pudo ver un vídeo homenaje a Luis Suárez, el único balón de oro del fútbol masculino español, y poco después fue el turno de Mauro Silva y Bebeto. Los brasileños pisaron el césped de Riazor una vez más para recibir una nueva ovación del que fue su público, coreando su nombre como en las mágicas noches de los 90.
Empezaba atacando el depor durante los primeros minutos. Los blanquiazules volcaban el juego por la banda izquierda donde, cada vez que la toca Yeremay, se escucha ese runrún que provocan los genios. La primera ocasión llegaba con un centro-chut de Davo desde la derecha que se estrellaba en el palo. Poco después, la tenía Lucas tras un error defensivo del Red Bull Bragantino, que dejaba un balón muerto dentro del área para el remate del de Monelos, que se encontraba con la intervención de Gustavo Reis.
En el minuto 20 llegaba uno de los momentos más especiales de la tarde, se marchaba Álex Bergantiños tras jugar sus últimos minutos como profesional. Lo hacía besando el césped de Riazor, poniéndose una última vez la camiseta blanquiazul que ha defendido en más de 300 ocasiones y acompañado de su familia. Depor y Bragantino le hacían un pasillo al coruñés mientras todo el estadio le dedicaba una bonita y sonora ovación, coreando su nombre una vez más.
El primer gol de la tarde llegaba pasada la media hora de juego en una acción combinativa al borde del área entre los hombres de ataque del Depor. El balón le llegaba a Paris Adot, que centraba al área pequeña para que Barbero rematase de cabeza para hacer el uno a cero, confirmando las buenas sensaciones que ya dejó el delantero el pasado martes frente al Atlético Arteixo con dos tantos.
El descanso volvió a ser el momento de Álex Bergantiños, que recibió un cuadro con imágenes de sus mejores momentos en el club. Imágenes que se vieron reflejadas en el marcador de Riazor, mientras su público le dedicaba una ovación que arrancaba la emoción del coruñés.
La segunda parte empezaba lenta, costándole a ambos equipos volver a entrar en ritmo. El Depor mantenía el mismo once que había terminado los primeros 45 minutos, salvo el cambio en la portería, donde entraba Ian Mackay sustituyendo a Germán Parreño. La primera ocasión deportivista llegaba a balón parado, tras varios rechaces dentro del área en un córner en el que terminaba salvando de nuevo el guardameta del Bragantino. Se volvían a activar los blanquiazules con un pase filtrado hacia la carrera de un Yeremay que llegaba mano a mano frente a Fernando Costa, pero el guardameta le ganaba la partida al canario.
En una jugada parecida llegaba el segundo tanto de los, hoy, de amarillo. Lucas Pérez filtraba un espectacular pase entre líneas para la internada de Davo, que definía a la perfección para hacer el dos a cero. Poco minutos después, entraba el tercero en una situación similar, pero con distintos protagonistas. En esta ocasión era Víctor Narro quien filtraba el pase desde la izquierda para que Barbero finalizase con clase, haciendo su segundo gol de la tarde y cuarto de la semana.
Con los cambios, el ritmo del Dépor bajaba durante unos minutos hasta que Martín Ochoa era arrollado dentro del área y provocaba un penalti que se encargaba de transformar José Ángel. Ian Mackay volvía a demostrar su valía bajo palos con una gran estirada a un cabezazo de Chumbino con menos de diez minutos para el final del encuentro. El Depor podía hacer el quinto, de nuevo con una buena acción del canterano Ochoa, que dejaba solo a Kuki Zalazar, quien no acertaba a marcar en el mano a mano.
Los minutos finales corrían sin ocasiones relevantes para ambos equipos, llevándose la victoria el Dépor por 4 a 0, añadiendo una nueva Torre de Hércules a sus vitrinas, en la edición más brasileña del Teresa Herrera
Riazor registró una asistencia de 16.127 personas durante el encuentro.