Agresiones sexuales; Cómo actuar, prevenir e informar
Desde una rápida actuación sanitaria hasta la construcción de un relato empático, escucha la opinión de diferentes profesionales
Agresiones sexuales, cómo actuar y cómo tratar la información
Lugo
La sociedad observa con preocupación el repunte de agresiones sexuales en los últimos años. El caso más reciente ha sido el producido durante las fiestas patronales de Monforte. Allí, dos jóvenes, uno de ellos menor de edad, violaron presuntamente a dos chicas de 15 y 16 años.
Ambas verbalizaron los ocurrido en el servicio de urgencias del hospital de la localidad. Aportaron un relato y una descripción de los presuntos agresores que permitió una rápida identificación por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. El médico forense del IMELGA de Lugo, José Ramón Monterroso, subraya la necesidad de que las víctimas, pese a ser muy complicado, den la voz de alarma cuanto antes.
Atenderlas con premura es clave para todo el proceso que se abre desde que llegan para ser atendidas hasta que se van. La forma en la que los especialistas actúan no es improvisada, existe un protocolo de actuación que automáticamente pone en funcionamiento todo un engranaje que va desde la atención sanitaria y psicológica hasta el aviso a la justicia.
"Nosotros aparecemos no solo para llevar a cabo las tareas médico-legales, también para hacer una exploración conjunta una única vez que evite incomodar demasiado a una persona que no está en un momento precisamente fácil", relata Monterroso.
En esta primera y única exploración trabajan de la mano ginecólogo y forense, aunque también podrían intervenir un pediatra y un cirujano. "Además se realiza una serie de entrevistas con la víctima, una asistencial en la que se habla de enfermedades y demás y otra sobre lo ocurrido. Aunque aquí es muy importante resaltar que es algo muy básico. No se puede profundizar, pedir detalles...", apunta Monterroso.
Añade que, aunque sea complicado, lo mejor para facilitar el trabajo sanitario y judicial es acudir al centro médico con la misma ropa con la que ocurrió la agresión. "Muchas se duchan, lavan la ropa y se la cambian. Esto a nosotros nos dificulta mucho la labor de recogida de muestras" que resultan claves para la resolución del caso.
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Empatía hacia la víctima
El psicólogo lucense, Iván Pico, explica que tener empatía con la persona agredida es fundamental. "Hay que tener comprensión. Esta persona está viviendo un momento de shock, por lo que no podemos pretender que se acuerde de detalles ni debemos hacer que los reviva con instensidad. Necesitamos transmitir calma", dice.
Nadie nos prepara para enfrentarnos a algo tan terrible como una agresión sexual, pero Pico pone sobre la mesa la idea de trabajar desde l ainfancia la educación emocional para, así, llegados a casos tan dramáticos como estos, poder manejar mejor los sentimientos y pensamientos.
"La personas agredida va a encontrarse en un bloqueo mental total. Miedo, vergüenza, sensación de vulnerabilidad, irritabilidad.... Por eso, reforzar el desarrollo de la inteligencia emocional, en hombres y mujeres, desde edades tempranas, nos va a ayudar a afrontar con más calma momentos como los de responder a las preguntas protocolarias que nos haga el médico", ejemplifica.
Si la empatía ha de ser un pilar sobre el que estructurar el mensaje hacia una víctima de agresión sexual, los medios de comunicación han de predicar con el ejemplo. Eliana Martíns, periodista especializada en el tratamiento de la información con perspectiva de género, asegura que en muchos casos el foco de la información recae en el punto equivocado.
"Aunque haya compañeros y compañeras que están tratando muy bien estos casos, escapando del morbo y buscando la opinión de profesionales, todavía patinamos. Debemos formarnos en la información con perspectiva de género. Muchas veces ponemos el acento en la víctima, damos datos que realmente no aportan o, por ejemplo, buscamos en la nacionalidad del agresor una justificación de la agresión", relata la experta.
Eliana Martíns cree que para poder hacer llegar discursos feministas libres de machismos a las nueves generaciones, primero hay que aumentar la formación de los profesionales. El psicólogo, Iván Pico, añade que la actuación ha de ser "multidisciplinar. Que implique a todos los agentes sociales posibles e incidir sobre todo en la educación".
Poner límites desde edades temprana
Las nuevas generaciones crecen con un nivel casi inexistente de tolerancia a decisiones que contraríen sus deseos. El experto explica que a los niños y a las niñas se les colma de regalos, se les conceden todas sus peticiones y después cuando crecen "no saben lo que es un no porque en su cabeza no se comprende una negativa por respuesta", apunta.
Pico dice que no todos los consentidos de pequeños serán agresores de adultos, pero si quienes agreden suelen hacerlo porque "creen que tiene ante ellos una oportunidad que no pueden dejar pasar, que quieren y que les da igual lo que la otra persona quiera. Piensan que su posición de fuerza, nivel o clase social es irresistible y que nadie podría llevarles la contraria".
Martíns añade a esta reflexión el "peligro que estamos observando desde hace tiempo: Los agresores creen, están convencidos, de que la relación se mantuvo con consentimiento". Por eso inciden ambos en la necesidad de trabajar desde edades tempranas en el concepto de querer, de consentir y de entender que existen límites.
Sara Meijide
Redactora de Radio Lugo